19/04/2024
08:06 PM

Modelo Bukeliano

Sergio Banegas

El presidente salvadoreño Nayib Bukele es el mandatario con mayores índices de popularidad en el continente americano, nadie se acerca a los impresionantes números de aceptación que tiene en la población del vecino país. La fórmula para tener en el banco una cuestionada futura reelección presidencial es su plan de control territorial que a punta de bala y fuerza ha logrado “controlar” y someter a miles de jóvenes integrantes de asociaciones ilícitas.

Muchísimas personas aplauden con regocijo dichas políticas públicas de seguridad, es tan amplio el sector social que está en sintonía con dichas estrategias que incluso fuera de El Salvador, a lo largo y ancho del continente muchas personas demandan a sus propios Gobiernos emular el ejemplo salvadoreño para un efectivo control de la delincuencia. Pero también no son pocas las voces que ponen en duda que dicha estrategia sea la adecuada para erradicar desde su raíz este flagelo tan delicado para nuestras sociedades; por ejemplo, organizaciones internacionales de derechos humanos han levantado la voz urgiendo a la comunidad internacional poner sus ojos en “el pulgarcito” de América para verificar que dichas prácticas respetan y salvaguardan los derechos de los jóvenes capturados por la comisión de delitos.

Aun el presidente colombiano Gustavo Petro ha diferido en público al atreverse a decir que lo visto en El Salvador más parece una repetición de lo que ocurrió en los campos de concentración de los nazis en la Segunda Guerra Mundial; que en Colombia se ha alcanzado disminución de los índices de homicidios, pero atacando desde los cimientos sociales a través de brindar oportunidades laborales y de estudio, sobre todo a los jóvenes.

En Honduras también se opina al respecto, pues no son pocas las personas quienes se atreven a sugerir que la presidenta Castro debe implementar acciones públicas de seguridad como las salvadoreñas, que no hay otra manera de ejercer control social sobre tan complicada crisis ciudadana.

Mientras tanto el presidente Bukele se enorgullece día tras día de que su plan funciona, incluso compartiendo datos de cero homicidios en el territorio nacional en muchos días consecutivos; otros se pueden preguntar y cuestionar: ¿es esa estrategia sostenible a largo plazo? ¿Qué sucederá el día que Nayib deje la silla presidencial? ¿Se estará gestando una reorganización de estas estructuras de jóvenes para responder a futuro ante estas políticas de seguridad? Con el tiempo lo sabremos.