18/04/2024
02:53 PM

Mes patrio

Sergio Banegas

Cada mes de septiembre se celebra la independencia nacional conmemorando las gestas de hombres y mujeres que anhelaron desatar las cadenas de la corona española y forjar un futuro propio de desarrollo y paz.

En aquel momento histórico el entorno social, económico, político, y por supuesto tecnológico fueron muy distintos a la Honduras del siglo XXI que ahora trata de insertarse en el mundo competitivo de la globalización que demanda de políticas económicas y seguridad jurídica para poder subsistir y avanzar.

Los enemigos actuales ya no son externos en forma de estados extranjeros absolutistas, más bien son “caballos de Troya” que desde muy adentro conspiran para robar el futuro de esperanza que esta patria anhela y merece.

Estos contrarios que deben ser confrontados y vencidos son la corrupción estatal, la incoherencia del liderazgo, la pobreza, el desempleo, la falta de oportunidades, la mediocridad en el sistema educativo, las carencias en el área de la salud pública, la inseguridad ciudadana, entre muchos otros flagelos que golpean en el rostro de esta patria adolorida.

Esto por supuesto no se cambia de la noche a la mañana, no se trata solo de retórica de “refundar” o de verbos análogos que sin sustancia práctica entran en el limbo de las entelequias demagógicas de los gobernantes; es mucho más que semántica, se trata de actos concretos que busquen reconstruir verdaderamente lo destruido en la última década.

Es así que la “patria nostra” urge que los hijos e hijas muestren amor del bueno para esta tierra que ha sido robada y mancillada por villanos que, asumiendo papeles engañosos se han convertido en lobos vestidos de mansas ovejas que trasquilan toda esperanza de cambio y de un porvenir prominente.

Que el “tú también oh mi patria te alzaste de tu sueño servil y profundo” sea más que una canción, que sea el resurgir de las más grandes esperanzas para que el sol radiante recorra con justicia esta tierra sedienta de frescas aguas para dejar atrás el desierto abrasador del ostracismo.