24/04/2024
06:10 AM

Maleficios

Renán Martínez

Siendo gobernadora del departamento de Cortés la extinta dama sampedrana Teresa Janssen de Aguilar (1982-1986) emprendió una férrea batalla contra centros de brujería que operaban en su jurisdicción para evitar que continuaran estafando a incautos.

Una de las personas requeridas era una mujer de Choloma quien aseguraba que curaba cualquier mal y hacía cirugías usando como médium el espíritu del doctor Miguel Paz Barahona. Al ser investigada, la autoridad descubrió uno de los ritos que hacía para embaucar a sus clientes: primero invocaba al doctor Paz Barahona para que acudiera a operar al paciente quien esperaba sobre la cama de una habitación en penumbras. Enseguida quebraba un huevo de gallina y lo restregaba suavemente en el abdomen del encamado hasta que las cáscaras hacían pequeñas heridas en la piel.

Terminada la falsa cirugía encendía la luz y mostraba al cliente un pequeño sapo embadurnado con sangre y la sustancia viscosa del huevo. “Esto lo sacó de tu barriga el espíritu del doctor Paz Barahona, es la porquería que te habían hecho”. Pero, en realidad la bruja tenía escondido el batracio bajo la cama para sacarlo en el momento oportuno y presentarlo al crédulo como prueba del “maleficio”. Este es solo uno de los tantos ardides usados por los charlatanes de la hechicería para estafar a mucha gente que busca cura a sus males creyendo que tales individuos tienen poderes sobrenaturales.

Por estas creencias absurdas fueron fusilados dos exsoldados de Francisco Morazán después de un breve juicio hecho por las autoridades municipales de Ilama, luego de ser acusados como brujos por los pobladores. Los hermanos Cipriano y Doroteo Cano cayeron abatidos frente a la Cruz del Perdón en 1843 por la ignorancia y superstición de un pueblo. Ahora se sabe que no eran brujos, sino personas que tenían ideas y conocimientos más amplios adquiridos en las correrías junto al héroe. El hecho histórico está registrado fielmente en la obra Los Brujos de Ilamatepeque del consagrado escritor hondureño Ramón Amaya Amador.

La práctica de la brujería y sus ramificaciones datan de tiempos ancestrales, según atestiguan restos de chamanes encontrados por arqueólogos hondureños y extranjeros en las Ruinas de Copán. Se cree que los brujos mayas además de sanar cualquier dolor o maldad, también usaban sus supuestos dones para contraatacar a la misma hechicería. Los brujos modernos que contratan personas de diferentes niveles sociales y culturales, se promocionan como expertos en realizar amarres, recuperar al ser amado, despertar la pasión y el deseo, sacar espíritus malignos o practicar limpias.

Sus servicios han llegado hasta la sede del Poder Ejecutivo en donde el asesor presidencial Manuel Zelaya Rosales mandó a hacer una limpia esotérica. Argumenta que al entrar en funciones el nuevo gobierno, se sentían malas vibras en el altar Q, por ello decidió ahuyentar los malos espíritus para proteger a los nuevos inquilinos de cualquier maleficio.