25/04/2024
12:05 PM

Los que se van

Sergio Banegas

Me llamas para decirte que te marchas, que ya no aguantas más… es la letra introductoria de una magistral obra musical del español José Luis Perales, pero bien pareciera la nostálgica despedida de los muchos compatriotas que cada día deciden emprender camino hacia otras tierras.
Los pies cansados de campesinos, obreros, amas de casa, jóvenes, niños y adultos, los que se despiden como peregrinos de su terruño para huir cual refugiados de los sinsabores de estas honduras que no han respondido con justicia al grito desesperado de sus ciudadanos.
Los funcionarios de corbata que se alojan en los salones perfumados de la hedionda aristocracia hondureña anuncian como si fuese una hazaña propia del Estado que en estos primeros meses del año 2020 se ha manifestado un 15% de aumento en las remesas.
Ello en lugar de ser motivo de celebración debiese ser de pesar y de profunda reflexión, en virtud de que es una aceptación tácita de que el Estado fallido no ha sido capaz de generar las oportunidades de desarrollo para los ciudadanos y que estos se ven obligados por factores múltiples a emigrar, mayoritariamente a Estados Unidos.
Es inaceptable que un gran segmento de nuestra economía sea sostenida por los envíos que realizan nuestros compatriotas, y no por factores productivos internos que toda nación debiese tener, constituyéndose nuevamente estas remesas como el principal motor de crecimiento económico del país. La doble moral aparece cuando los gobernantes arremeten con vilipendio contra nuestros conciudadanos, acusándolos de irse cuando en Honduras “sobran las oportunidades” para el crecimiento, vaya falacia tan cruel para un pueblo desprovisto de toda justicia social.
Mientras tanto el hambre sigue doliendo, la violencia sigue matando, la corrupción robando toda oportunidad de desarrollo, tal parece que la penumbra de la noche se posa como monstruo que trae horripilantes pesadillas que fuerzan para que al albor de la mañana sea el momento de unirse a los que se van.