Entonces decidió comunicarle a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su asistente: Traedme al autor de ese milagro. Su asistente rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó: “¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?
Intimidado, el campesino le dijo al rey: “Fue fácil, mi rey, solo corté la rama, y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se lanzó a volar”.
¿Sabes que tienes alas? ¿Sabes que puedes volar? ¿A qué te estás agarrando? ¿De qué no puedes soltarte? ¿Qué estás esperando para volar? No puedes descubrir nuevos mares a menos que tengas el coraje para volar. Todo lo conocido, cotidiano y fácil. Es nuestra zona de confort y, por lo general, creemos que es nuestro único lugar y modo de vivir. Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgo, no siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles. Nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible, y aprendemos a vivir desde la resignación.
Un verdadero líder tiene seguridad en sí mismo para permanecer solo, coraje para tomar decisiones difíciles, audacia para transitar hacia lo nuevo con pasión, y ternura suficiente para escuchar las necesidades de los demás. El hombre se convierte en líder por la calidad de sus acciones y la integridad de sus intentos.
Los líderes son como las águilas, no vuelan en bandadas... Los encuentras cada tanto y VOLANDO SOLOS. Juan Carlos García
Y esos son los líderes que necesitamos urgentemente en estos momentos...