19/04/2024
06:24 AM

La otra elección

Renán Martínez

Los vecinos de La Unión en el municipio de Trinidad, Santa Bárbara, se adjudican la paternidad de la popular frase: “Aquí es donde la mula botó a Genaro”, la cual se usa cuando las cosas se complican después de haber marchado muy bien. En la pequeña comarca patepluma vive el viejo labriego de nombre Genaro, quien asegura que en su remota juventud lo botó la mula al tropezar con una enorme piedra en el recodo de un camino. Cuando regresó al poblado contó lo sucedido y desde entonces todos identifican al lugar del percance como el punto en donde la mula botó a Genaro. Otra versión dice que tal expresión tiene su origen en la provincia de Matanzas en la Cuba del siglo antepasado. El añejado relato caribeño establece que, cierta vez en la estación de Cuevitas, el tren entró repentinamente y el resoplido de la locomotora espantó a la mula que montaba el doctor Genaro Ipina, lanzándolo al suelo.

Sin importar la génesis del famoso dicho, no conviene que este llegue a encajar en la situación a presentarse en el Congreso Nacional al momento de elegir al presidente de ese órgano representativo del segundo poder del Estado.

La costumbre ha sido que el partido que obtuvo el mayor número de parlamentarios en las elecciones sea quien elija al que tomará las riendas del hemiciclo. Sin embargo, esta vez el panorama es distinto porque hubo un acuerdo previo a las elecciones generales entre los partidos aliados Libre y PSH para que el coordinador de este último, Salvador Nasralla, designe al candidato o candidata a presidente del parlamento “si la suma de Libre, más el PSH es de 65 diputados”. Hasta el momento Libre tiene 50 y el PSH, 10, lo que significa que necesitarán de otra fuerza política para alcanzar la mayoría simple.

El panorama parece haberse despejado con el comunicado emitido por el excandidato presidencial del Partido Liberal Yani Rosenthal en el sentido de que sus diputados votarán por el parlamentario que proponga Libre. Pero el comunicado no es contundente sobre si votarían por un diputado del PSH propuesto por Libre en el caso que este partido esté dispuesto a cumplir el compromiso que tiene con el partido del Señor de la Televisión. Nasralla confía en que el comunicado del Partido Liberal garantizará que el próximo candidato a la presidencia será designado por su partido porque Libre, a quien le pasa la pelota el presidente del Partido Liberal, es el que tiene el acuerdo con el PSH. Pero como “ese pacto no es con Dios” y en la política se juegan intereses que están sobre cualquier acuerdo, existen dudas de que el mismo se cumpla y desde ya se barajan nombres de posibles candidatos a tan ambicionado cargo. Incluso, diputados electos de Libre aseguran que no están dispuestos a ceder la presidencia y cumplir el referido acuerdo. Es aquí en donde “la mula botaría a Genaro”, después de la calma que hemos disfrutado tras los comicios del último domingo de noviembre.

Consideramos que podrían surgir divergencias entre Libre y PSH que darían al traste con su hermanamiento si sus dirigentes no actúan con sensatez y olvidan los intereses del país. Esperemos que este panorama no se dé, pues vendría a empañar el ejemplo de civismo que dio el pueblo en las urnas y el posterior clima de paz y tranquilidad que ello nos trajo. Por lo demás, vamos por buen camino. El escollo de las denuncias presentadas por los principales partidos políticos sobre adulteración de actas electorales en el nivel de diputados está por superarse mediante el escrutinio especial de votos que realiza el Consejo Nacional Electoral.

Solo faltaría entonces que en la primera sesión del nuevo Congreso sea electo el presidente idóneo con la complacencia de todos los partidos allí representados, o al menos con la mayoría de ellos. El elegido deberá contar con madurez política, capacidad para legislar y un auténtico liderazgo. Que sea capaz de aglutinar, en un solo bloque, no solo a los parlamentarios de la alianza, sino también a los liberales para poder cumplir las reformas constitucionales prometidas en campaña como la derogación de las zede y el Código Penal. De esta manera, Genaro podrá seguir cabalgando confiado en que la mula no dará corcovos por el resto del camino.

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