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Democratizar las empresas

  • 18 septiembre 2022 /
José Azcona

Para ir construyendo el desarrollo de una economía moderna, es cada vez más importante que las personas o empresas, ya sea con grandes o pequeños capitales, puedan trabajar juntas de una manera confiable.

Un motor importante para el desarrollo del capitalismo moderno lo dio la capacidad de formar sociedades mercantiles donde distintas personas podían participar con diferentes cantidades de recursos con la expectativa de obtener un retorno. En una empresa u operación simple, con un par de socios a lo sumo, se puede considerar que el interés del negocio y de los propietarios es el mismo.

A medida que la economía se desarrolla, las empresas se irán profesionalizando. Las empresas tradicionales bajo control de un, o pocos, propietarios serán menos prevalentes.

Las empresas familiares también se van diluyendo a medida que avanzan las generaciones. Esto significa que el interés del conglomerado de accionistas se va gradualmente diferenciando del de la empresa.

Hay riesgo de que quienes la operen lo hagan por su interés propio (y no de los accionistas).Adicionalmente, evita que las personas pongan su capital en manos de empresas en las que no tienen control. Esto resulta en una atomización de la inversión, ya que se limita a negocios del tamaño de sus capacidades propias.

La dificultad en aglomerar capitales para grandes emprendimientos hace difícil el desarrollo de grandes empresas de forma más democrática. Hay que contrarrestar este fenómeno incluyendo la acción pública. Para garantizar que los operadores de las empresas no desvíen recursos a fines personales, es importante que se creen normas claras de relaciones con terceros que eviten la triangulación. La legislación de precios de transferencia bastante engorrosa, pero puede ser mejorada.