Impresionante y vergonzoso analizar la papeleta electoral donde aparecen 15 aspirantes hombres y mujeres en busca de la Presidencia de la república de Honduras.
Asimétrico e ilógica resulta esa presentación de esa papeleta donde un país pobre con un promedio de 5 millones de personas aptas para votar haya ese gran desfile. Mientras las potencias del mundo como Estados Unidos con un promedio de 250 millones de votantes y Francia con 50 millones solo presentan 2 candidatos. Entre ese montón de aspirantes, ya se sabe que son tres partidos los que tienen la oportunidad de lograr el sillón presidencial y los demás lo que buscan son intereses mercantiles al sacar beneficios económicos.
Pues entre ellos, militares retirados, políticos de oficios de bajo nivel y un exitoso futbolero, presentador por más de 50 años en la televisión, pero un fracasado político de los últimos años, experto en fundar partidos.
Con esa papeleta presidencial con tantos rostros, se confunde con una cartelera de cine donde abundan los malos y donde los votantes expertos conocen al dedillo a sus candidatos, pero otra parte marca al azar.
El mes de noviembre próximo se cumple un año de una de las peores crisis debido a los efectos de las tormentas Eta y Iota y que nadie quisiera recordar e igual esas votaciones generales al final dejan más crisis al pueblo por sus abusivos millonarios costos.
Ese último domingo de noviembre está lleno de expectativas, pues el tradicional Partido Nacional querrá seguir en el poder con resultados limpios o sucios. Libre, con la esperanza de que la tercera es la vencida, y los liberales con pocas opciones por estar tan divididos.
A este multimillonario derroche económico y a ese bulto electoral le llaman democracia los políticos de oficio en un país llamado Honduras.
