"
Sin embargo, Samuel no cayó en la frustración permanente ante aquel revés. Cambió de oficio y se dedicó al periodismo. Consiguió un puesto en el diario Enterprise de Virginia City, Nevada. Le agarró sabor a escribir y se le ocurrió la idea de escribir algo cómico. Lo preparó y lo envió a un diario de Nueva York. Cuando se publicó “La rana saltarina del condado de Calaveras” obtuvo un éxito inmediato. Por todo el país los diarios la reprodujeron. Millones de lectores rieron con sus ocurrencias y todo el mundo comenzó a preguntarse quién sería Mark Twain, el pseudónimo que usó Samuel Langhorne Clements en sus creaciones literarias. Si usted lee las biografías de hombres y mujeres que han alcanzado éxito, encontrará que casi todos ellos han tenido ocasiones en que han sido machacados materialmente por el infortunio. Todos ellos han tenido traspiés y caídas. Las oportunidades de decepcionarse fueron muchas. Pero afortunadamente emprendieron de nuevo el camino por el mismo o por distinto sendero, con mucho empeño y ánimo de triunfo.
Regresando ahora a la historia con que abrí la columna, Sam Clemens (Mark Twain) aprendió la lección. Quizá por eso sus escritos terminaron dándole fama y dinero. La pregunta ahora es: ¿Podremos usted y yo aprender de nuestras derrotas? ¿Podremos tener la actitud apropiada para sacar la oportunidad que haya en los descalabros que tengamos? ¿Tendremos el suficiente sentido común para descubrir nuevas oportunidades?
LO NEGATIVO: Cuando sufrimos reveses, dejar que estos nos aplasten.
LO POSITIVO: Salir ganando aun cuando perdamos. Comprender que cada problema tiene en su seno una oportunidad equivalente o mayor.