16/04/2024
03:25 PM

Lamentos antes de morir

Mimí Nasthas de Panayotti

Ha corrido hace tiempo por las redes sociales un artículo de una doctora americana que durante años ha trabajado en la unidad de cuidados paliativos atendiendo a enfermos terminales y escuchando las quejas y lamentos de estos moribundos. Estas son sus conclusiones:

-Siempre desean haber tenido el coraje de haber vivido más fieles a sí mismos, a sus convicciones y no tan pendientes del ambiente, de los amigos, de la sociedad. No han hecho lo que realmente querían y deseaban.

-Desearían no haber trabajado tanto y tan duro. Es un lamento más propio de los hombres. Y se arrepienten de no haber pasado más tiempo con la familia viendo crecer a sus hijos, siendo más cariñosos y no solo estar pendiente de su trabajo.

Se arrepienten de haber vivido una vida mediocre, y en muchos casos hasta amarga, en la que no se sentían ellos mismos. Es decir, no han tenido el coraje para expresar claramente sus sentimientos y deseos.

-Desearían haber luchado con más esfuerzo y denuedo por conquistar la felicidad. Y deploran haber confiado demasiado en algunas personas en vez de enfrentarse al ambiente e intentar sin miedo un cambio de vida.

Pero nos podemos preguntar ¿en estos momentos tan importantes y límites de la vida cuenta algo Dios y la vida del más allá? ¿Qué respuesta se da a la idea básica y universal de la inmortalidad?

Pero se están viviendo unos momentos demasiado serios para no plantear el más allá. Y está demostrado que a la mayoría de las personas, sean creyentes o no, les asalta la pregunta que siempre puede ser iluminada por la fe, por eso, y sin caer en simples sentimentalismos, es conveniente insinuar esta realidad y animar al moribundo a aceptar lo inevitable para alcanzar el encuentro con un Dios bueno y misericordioso que perdona siempre.

Y en especial en estos tiempos del covid-19 es más que necesario plantearse la muerte y la vida eterna con seriedad y responsabilidad sin esperar más porque no sabemos de cuánto tiempo disponemos, actuemos ya.