Cuando cultivas el hábito del dar tienes una victoria sobre el materialismo, sabemos que muchos creen la falacia de que la felicidad se puede comprar. Se puede ver en los programas de ventas que la felicidad puede ser comprada, si así fuera las personas con más dinero serían las más felices. Vivimos con lo que recibimos, pero disfrutamos más la vida con lo que damos. Dejemos que Dios guíe, forme y transforme, al final la recompensa será emocional, espiritual y material. Según el texto sagrado la Biblia, la palabra amor aparece más de 700 veces, la palabra orar más de 350 veces, pero la palabra dar aparece 2,000 veces; es evidente que la palabra dar tiene un misterio.
Por cultura, tradición y desarrollo nos enseñaron solo a recibir, pero usted se vuelve un inversionista. El dar crea una dinámica que activa un ciclo de bendición para su vida. “El alma generosa será prosperada y el que saciare, él también será saciado”, Proverbios 11:25 RVR60. Seguramente cuando das te hace sentir más útil, agradecido y puedes ayudar a cambiar vidas. Dios te amó tanto que él se dio a sí mismo por ti, el amor se expresa con hechos y tiene una constante que sigues amando y dando.