25/04/2024
10:59 AM

El año cuando todo cambió

Este es el año del planeta. Indudablemente.

Francisco Gómez Villela

Este es el año del planeta. Indudablemente. El año de lavar los trapos sucios. No termina una crisis y aparece otra. Y todas con el mismo mensaje. Retomen la compasión por el prójimo y por la Tierra.

Incendios devastadores en Australia, pandemia viral, protestas contra el racismo en EUA. Como que el año va en serio arrasando con lo incorrecto. Ya era tiempo.

Demasiada irresponsabilidad en todo. Vidas sin propósito. Cada quien viviendo según sus propios estándares, permitiéndose todo sin restricciones.

La pandemia que nos ha tenido en vilo por temor ha pasado a segundo plano por la muerte de un ciudadano negro a manos de un policía blanco en Minneapolis. Otra vez la misma historia. Una vez más la sombra del racismo aparece en el país de las libertades. Sigue en el ADN latente. Pareciera que todavía en el corazón de algunos persiste la creencia que unas razas son mejores y más dignas que otras. Pareciera que algunas sociedades no evolucionan y aún persiguen brujas. Protestas pacíficas que terminan en violencia y vandalismo aflorando un odio incomprensible que llevan dentro contra no se sabe quién.

Es un planeta confrontado sin duda.

Los pueblos se rebelan a liderazgos que con el poder de hacer grandes cosas en bien se ahogan en la trampa del ego, obviando la justicia social. Los ricos cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres. Abusos de la clase política, de los órganos encargados del orden, de los potentados. Siglos y siglos de lo mismo.

Con el paso del tiempo, la era tecnológica ha aumentado la brecha entre los humanos. Lejos de traer bienestar ha materializado demasiado la vida. Hemos perdido substancia. Aquello que nos definía como humanos, un cuerpo y un alma con el mandato Divino de hacer el bien y evitar el mal, hechos a imagen y semejanza de la esencia de un Creador, que es Amor.

Hemos traicionado nuestra alma. Lo que nos diferenciaba del resto de las especies lo perdimos. Nos volvimos animales. Lucha encarnizada protegiendo lo propio, y deseando que tú no tengas lo que yo no tengo.

Por eso, una persona negra murió a manos de otra que tenía el deber de protegerla. El lado oscuro del humano al desnudo. Impensable. El planeta ya está poniendo orden. Mantengamos la calma, vienen tiempos mejores. Cambiaremos.