El coronavirus mostró las debilidades de hospitales e instituciones gubernamentales y el buen manejo de otras, cuya finalidad es combatir enfermedades y curar a ciudadanos afiliados o que solicitan sus servicios.
Hechos, algunos de los cuales me los dieron a conocer médicos:
1.- Hay instituciones como el Iner (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias) y el Instituto Nacional de Nutrición que respondieron a tiempo a la pandemia, con los protocolos desde principios de año, aunque tuvieron que hacer a un lado, por cuestiones de cupo, a muchos enfermos de otros males.
2.-Las instituciones que respondieron tarde y desorganizadamente fueron el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el ISSSTE y el Instituto de Salud para el Bienestar: desorden, escasez de equipo y confusión en la atención a los enfermos.
3.- Falta de equipo médico conveniente, por ejemplo, los cubrebocas adecuados para el COVID-19, el N-95, escasearon. Lo correcto es que los usen en todo el hospital. Muchas de las batas distribuidas no son aptas para preservar el contagio del coronavirus. Muchos médicos y enfermeras compraron con su dinero equipo de calidad para evitar el contagio.
4.- Falta de conocimientos para usar el equipo adecuado y de personal capacitado para manejar los ventiladores.
5.- Suspensión de consultas para otras enfermedades, lo que eleva la mortandad entre pacientes que las padecen.
6.- Utilización del modelo Centinela para identificar enfermos y tomar decisiones, que la (OMS) no recomienda para enfermedades nuevas, desconocidas.
7.- 91% de los 2,865 que respondieron una encuesta a través de mi Twitter (@luispazos1) percibieron como falsos los datos del Gobierno sobre contagios y fallecidos por COVID-19.
8.-Muchos de los médicos y enfermeras fallecidos por COVID-19 se debieron a la tardía y burocrática respuesta del Gobierno a un mal que se podría haber aminorado. Si todas las instituciones hubieran tomado el mismo camino de las que sí ayudaron con eficiencia a combatirlo, hubiera habido menos muertos entre los contagiados, los médicos y las enfermeras.
Hechos, algunos de los cuales me los dieron a conocer médicos:
1.- Hay instituciones como el Iner (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias) y el Instituto Nacional de Nutrición que respondieron a tiempo a la pandemia, con los protocolos desde principios de año, aunque tuvieron que hacer a un lado, por cuestiones de cupo, a muchos enfermos de otros males.
2.-Las instituciones que respondieron tarde y desorganizadamente fueron el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el ISSSTE y el Instituto de Salud para el Bienestar: desorden, escasez de equipo y confusión en la atención a los enfermos.
3.- Falta de equipo médico conveniente, por ejemplo, los cubrebocas adecuados para el COVID-19, el N-95, escasearon. Lo correcto es que los usen en todo el hospital. Muchas de las batas distribuidas no son aptas para preservar el contagio del coronavirus. Muchos médicos y enfermeras compraron con su dinero equipo de calidad para evitar el contagio.
4.- Falta de conocimientos para usar el equipo adecuado y de personal capacitado para manejar los ventiladores.
5.- Suspensión de consultas para otras enfermedades, lo que eleva la mortandad entre pacientes que las padecen.
6.- Utilización del modelo Centinela para identificar enfermos y tomar decisiones, que la (OMS) no recomienda para enfermedades nuevas, desconocidas.
7.- 91% de los 2,865 que respondieron una encuesta a través de mi Twitter (@luispazos1) percibieron como falsos los datos del Gobierno sobre contagios y fallecidos por COVID-19.
8.-Muchos de los médicos y enfermeras fallecidos por COVID-19 se debieron a la tardía y burocrática respuesta del Gobierno a un mal que se podría haber aminorado. Si todas las instituciones hubieran tomado el mismo camino de las que sí ayudaron con eficiencia a combatirlo, hubiera habido menos muertos entre los contagiados, los médicos y las enfermeras.