23/04/2024
08:45 PM

Salvado por la luz  

Mimí Nasthas de Panayotti

“Habiendo sido golpeado por un rayo, me declararon clínicamente muerto por veintiocho minutos. Durante los dos años siguientes tuve que aprender de nuevo a caminar y alimentarme”. Quien relata esta historia es el señor Dannion Brinkley, autor de los libros Salvado por la luz y En paz con la luz, que estuvieron en la lista de los libros más vendidos en años recientes en los Estados Unidos.

Brinkley continúa con su interesante relato: “Al igual que las muchas personas que han tenido experiencias semejantes, salí de mi cuerpo y fui por un túnel hacia un lugar de brillante y hermosa luz. De pronto me sentí rodeado de sentimientos de amor y consuelo, y a partir de ese momento se eliminó de mi mente todo temor a la muerte. Vi y experimenté de nuevo todo lo que había hecho en mi vida, pero esta vez me convertí prácticamente en cada persona que había encontrado en mi vida. Y lo más importante, sentí los resultados directos de mi interacción con cada persona como si yo fuera esa persona.

Había sido un bravucón la mayor parte del tiempo, trabajé en operaciones gubernamentales en diversas funciones y el ser amable con las personas no fue parte del perfil de mi personalidad. Por medio de mi experiencia cercana a la muerte tuve la oportunidad de ver el daño que había hecho, y esa visión cambió dramáticamente mi manera de vivir. Me di cuenta de que la justicia y rectitud existen.

Comprendí, también, que todos somos seres espirituales admirables y poderosos que pasamos por experiencias humanas, que todos tenemos una misión en la vida. En esta misión estamos cocreando con la esencia divina, el Espíritu de Dios, presente en todas partes del universo. Las cosas simples que hacemos, cuando oramos, cuando damos unas palmadas a alguien en la espalda, cuando ayudamos a un niño o visitamos a alguien en un hospicio para ancianos u hospital, salen de la bondad de nuestro espíritu interior. Eso es lo más importante que hacemos. Así, no perdamos nuestro tiempo creyendo que la vida termina aquí. Nuestra vida espiritual es eterna, y lo eterno es un tiempo largo, muy largo”.