Entrar a la formalidad implica encarecer en más del 30% los recursos destinados a la nómina. Entre ellos impuestos sobre los ingresos del trabajador, cuotas del INFONAVIT y servicios del IMSS, los que muchos de los trabajadores beneficiados no usan por el tardado y mal servicio que prestan. En cuanto a los tributos de las empresas, ser formal implica entregar, según cifras de Doing Business, del Banco Mundial, el 55.1% de las ganancias por concepto de diversos impuestos al gobierno. Ese porcentaje coloca a México entre los países con más altas tasas tributarias en relación a las utilidades, principal fuente de inversión, crecimiento y empleo. En Canadá, el porcentaje entregado al gobierno por diversos tributos sobre las utilidades es del 24.5% y en los EEUU del 36.6%.
En los casos de Canadá y de los EEUU, casi la totalidad de los recursos transmitidos al gobierno se reflejan en obras de infraestructura, seguridad legal, protección a los activos empresariales y personales de quienes pagan impuestos; mientras en México gran parte de los impuestos pagados se destinan a actividades clientelares para ganar votos en beneficio del partido en el poder, encubiertas con el mito de la justicia social, en compras a sobreprecios de insumos para el sector público o se los roban los funcionarios con una impunidad mayor al 95%. En México los impuestos son altos y mal usados, por lo que la mayoría de los mexicanos tratan de evadir al fisco y vivir en la informalidad.