17/04/2024
01:35 PM

Frustrada decisión de los cangrejos

Emilio Santamaría

Hubo una reunión muy importante, la reunión de los cangrejos. Acudieron de todos lados, desde mares pequeños de aguas tranquilas hasta de agitados océanos. Aun aquellos que vivían en los ríos contaminados mandaron a su delegado. El viejo cangrejo tomó la palabra y dijo: “Amigos míos, hemos venido haciendo algo que se ha constituido en un mal ejemplo para el resto del mundo.

Es una costumbre que tenemos que cambiar”. Un joven cangrejo de río no pudo reprimir la curiosidad y preguntó: “¿Y cuál es esa costumbre?” El anciano cangrejo tomó de nuevo la palabra y continuó: “Se los diré sin rodeos. Debemos dejar de caminar hacia atrás. Todos nos ponen de ejemplo negativo y hablan de nosotros como retrógradas”. Un cangrejo colorado que venía de muy lejos preguntó: “¿Y qué propones para remediar el nocivo ejemplo que damos?”. El anciano cangrejo tomó de nuevo la palabra: “Seré realista. Para nosotros ya es muy difícil cambiar, pero para los cangrejos niños será más fácil. Yo propongo que sus madres les enseñen a caminar hacia adelante”.

En esta forma quedó aprobado que todos los cangrejos que nacieran a partir de esa fecha serían instruidos por sus madres para caminar hacia adelante. Sin embargo, sucedió algo curioso, les decían cómo debían caminar, pero ellas mismas continuaban caminando hacia atrás. “La ley que hemos propuesto no funciona”, admitió el anciano cangrejo que siempre decía la verdad. Y agregó: “Y no funciona porque no hemos predicado con el ejemplo, y lo cierto es que no podemos pedir a los demás que hagan lo que nosotros no hacemos”. La historia dice que esa es la razón por la que los cangrejos siguen caminando hacia atrás. Y la lección que se desprende de este simpático cuento infantil nos dice a nosotros que los demás prestarán más atención a lo que hacemos que a lo que decimos.

Todos aquellos que estén en un puesto de liderazgo, como padres, maestros, supervisores, gerentes, dirigentes políticos, religiosos o gremiales, deben comprender a fondo esta indiscutible verdad. Como decía William James: “Lo que haces habla tan fuerte que no deja oír lo que dices”.

LO NEGATIVO: Pensar que para influir en los demás bastan nuestras promesas y nuestras palabras.

LO POSITIVO: Lo sepamos o no, lo más válido es lo que predicamos con el ejemplo.