Esta semana, por ejemplo, ha habido muchos árboles: bendición de una pareja de lesbianas en una iglesia en Austria con el permiso del obispo; carta contra el Papa por parte de más de un centenar de personalidades por lo de la Pachamama; libro de Scalfari -el periodista italiano amigo del Papa- donde recoge todas las herejías que -según él y negadas por el Vaticano- le ha dicho el pontífice en sus conversaciones privadas; Plenaria de la Conferencia Episcopal de EUA con un fuerte enfrentamiento interno y una abrumadora victoria de los conservadores -143 contra 69 sobre el aborto- y la elección de un obispo del Opus Dei como presidente.
Pero la crítica más dura de la conferencia de Kasper se la han llevado los del otro extremo, los progresistas; a estos les reprocha querer “la democratización de la Iglesia, la abolición del celibato, la ordenación de mujeres, etc”, y añade el teólogo de referencia del Papa que este “no es un liberal” y que las “expectativas liberales no son parte de su agenda”. Añade que lo que al Papa le preocupa son “los pobres, las críticas al capitalismo desenfrenado, el apoyo a los migrantes, una nueva relación con la creación y una nueva cultura de moderación y alegría”, lo cual, según él, no interesa a los de la izquierda porque “no encaja con su concepción liberal y progresista, siempre a la última moda”. Por si hubiera sido poco claro, Kasper añade: “Ningún papa puede anunciar un mensaje que no sea el de Jesús”.