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Limpieza y suciedad, experimento

  • 12 agosto 2019 /

Se necesita más que ideas para combatir el dengue, más que palabras bien intencionadas.

Noé Vega

En la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, hicieron un experimento social con el objetivo de probar la causalidad entre suciedad y violencia. El experimento consistió en dejar un vehículo de lujo abandonado en un vecindario por muchos días.

En los primeros días, el vehículo permaneció impecable, limpio y luciendo como nuevo; pero conforme pasó el tiempo se fue llenando de sucio, lucía abandonado y comenzó a ser vandalizado hasta ser desmantelado por completo. Se probó con ello que existe una causalidad muy grande entre la limpieza y la violencia.

Es muy interesante porque el estudio explicaba cómo cuando un vecindario es mantenido limpio, sus calles ordenadas y la basura se coloca en su lugar, la mentalidad de las personas se orienta a mantener el orden, a evitar la suciedad y a crear una mentalidad proclive al mejoramiento del lugar.

Todo lo contrario cuando se trata de vecindarios sucios, abandonados, manchadas sus paredes, con basura abandonada por todos lados. Consecuentemente, la mentalidad de las personas tiende no solo al descuido del lugar, sino también se siente inclinada a tirar más basura, a provocar más deterioro del lugar.

He relatado esto porque hoy vivimos una epidemia de dengue como nunca la habíamos tenido, pero las personas no toman conciencia de la importancia de mantener sus hogares limpios, de exigir que sus vecinos corten su césped y destruyan los criaderos del zancudo que transmite el dengue y, a pesar de los llamados constantes de las autoridades, no muchas personas toman conciencia de que la limpieza es salud.

En la misma ciudad de Nueva York, este experimento social fue parte de una estrategia que llevó a bajar los homicidios y una mejora del clima en general de la ciudad; pero fueron las autoridades las primeras en tomar acciones para trabajar por esa mejoría.

Como quien dice, necesitamos que las mentes que nos dirigen hagan propuestas que puedan ayudar a resolver el problema, propuestas que vayan desde la mera conducta voluntaria hasta la coerción en caso de desacato. El alcalde de Choluteca ha tomado serias medidas para obligar a las personas a cortar el monte en los solares baldíos, cargándose a la cuenta del propietario los costos por ese trabajo.

Pero esta acción de la alcaldía sureña no es una idea en un papel, es una acción práctica. La alcaldía ha procedido a identificar los solares baldíos enmontados y ha enviado las cuadrillas para hacer la limpieza, con amenaza de multa a los propietarios y el cargo por el servicio de limpieza.

Es decir, una acción que trae aparejada una sanción económica a quienes no contribuyen a la limpieza y al combate de la enfermedad. Caso contrario en nuestra ciudad, donde la alcaldía aprobó una ordenanza para obligar a los propietarios a que limpien sus predios, dando unos números de teléfono donde nadie contesta y cuando usted llama pasa a una contestadora.

No hay duda de que se necesitan más que ideas para combatir el dengue, más que palabras bien intencionadas, lo que Choluteca muestra con acciones aquí lo resolvemos con una llamada a una línea que nadie contesta. Así es como se deteriora la buena intención de una acción y, en vez de contribuir efectivamente al combate de la enfermedad, crea más pesimismo y conformismo en la gente. Todavía no entendemos que limpieza y salud son sinónimos.