En los últimos 25 años, el papel de la mujer ha tenido una transformación relevante, pues constituye ahora más del 40% de la fuerza laboral, 43% de la mano de obra agrícola y más de la mitad de la matrícula universitaria del mundo. Además, hay más niñas y mujeres alfabetizadas que en ningún momento de la historia, aunque, de acuerdo con el Banco Mundial, en algunos aspectos los progresos hacia la igualdad de género han sido limitados, incluso en los países desarrollados.
Como buena feminista, siempre me ha lastimado la discriminación de la mujer en las diferentes profesiones en comparación al hombre. Y la discriminación no es solo en Honduras, sino en el mundo entero. Es injusto y lastimoso que, a pesar de los años, todavía la mujer ocupa un estado inferior al hombre, tanto en los mercados como en las instituciones. Se les impide ingresar en determinadas ocupaciones y obtener la misma remuneración salarial que los hombres en los mismos puestos.
Hablemos ahora de nuestra querida Honduras. Algunas de las mujeres más conocidas en nuestro ambiente son las siguientes: Patricia Darcy Lardizábal, Elsa de Ramírez, Leticia Salomón, Vilma Castillo, Irma Leticia de Oyuela, Diana Maradiaga, quienes han trabajado en diferentes medios. Dina Bulnes, Esther Amaya, Maribel Arriaza, Welsy Vásquez, Mirian Mercado, Fátima Cerrato, Enma Calderón, Lucía Alvarado, Thelma Mejía, Ninfa Arias, Jackelin Ruiz, Rocío Tábora, Farah Robles, Johanna Kattán, María Antonia Suazo, Tatiana Paz, Helen Umaña, Gloria Leticia Lázarus, Patricia Murillo y Luisa Ondina Agüero son también representantes sobresalientes en nuesto medio. Hay otras personas que he dejado por último por su posición actual: Dolores Valenzuela, periodista ambientalista reconocida a nivel americano por amenaza de muerte; Lastenia Lanza, jefa de Redacción de La Prensa, de muy conocido valor; María Antonia de Fuentes, con un importante cargo como directora de La Prensa, y Lisseth García, quien ha sido por tres períodos consecutivos presidenta del Colegio de Periodistas.
