<div id='DTElementID-16504561' class='WebText'Nunca podr&iacute;a estar de acuerdo con la nueva sicolog&iacute;a de la educaci&oacute;n en la que todos los estudiantes son excelentes en algo. Esto est&aacute; rayando en el rid&iacute;culo y la tonter&iacute;a. Resulta que ahora todos los estudiantes de nivel primario son premiados por ser excelentes en algo, no importa lo que sea, lo que se quiere es que el ni&ntilde;o salga con un cartoncito en la mano crey&eacute;ndose que es bueno en algo, bueno no, excelente. Aunque se haya dormido en toda la clase, se le otorga un diploma porque un d&iacute;a levant&oacute; la mano. Qu&eacute; disparate. En las premiaciones de las <strongescuelas secundarias bilingües</strong abundan las premiaciones a la excelencia, no acad&eacute;mica, sino por levantar la mano, por decir hola al maestro, por cerrar la puerta al entrar al aula; hay raz&oacute;n entonces que un mont&oacute;n de estudiantes negligentes no se sientan compelidos en lo m&aacute;s m&iacute;nimo a esforzarse si les han dicho que son excelentes. Entonces para qu&eacute; el esfuerzo, para que la dedicaci&oacute;n, para que la disciplina si con levantar la mano para ir al ba&ntilde;o saben que ser&aacute;n premiados como excelentes. Qu&eacute; enga&ntilde;o puede ser hoy la educaci&oacute;n. Seg&uacute;n la Direcci&oacute;n Departamental de <strongEducaci&oacute;n</strong si no hay involucramiento de los padres en la educaci&oacute;n de los hijos, estos presentan bajo rendimiento; pero, aquellos padres que se involucran en las tareas y los retos acad&eacute;micos de sus hijos ven coronados sus esfuerzos con mejores notas y hasta la excelencia acad&eacute;mica de sus hijos. Algo que se ve opacado o que no puede ser asimilado por el verdadero estudiante excelente cuando ve que los haraganes de la clase, los revoltosos y los que nunca ponen atenci&oacute;n son premiados por algo que puede ser de personalidad, de car&aacute;cter, pero menos de rendimiento acad&eacute;mico. As&iacute; es como se enga&ntilde;a el mundo, como se enga&ntilde;a los estudiantes y como se fomenta le mediocridad, la baja autoestima y el poco esfuerzo. Si no se puede comprender correctamente lo que significa el &eacute;xito acad&eacute;mico, si ya no se distingue la excelencia acad&eacute;mica de los cumplidos f&aacute;ciles, entonces c&oacute;mo se comprender&aacute; el fracaso. <br /Simplemente no existe, fracasados eran otros, en otros tiempos, cuando se reprobaba el grado, pues ahora todos pasan al siguiente grado aunque nunca aprendan a escribir ni a leer, se fueron de la escuela con las manos llenas de diplomas de excelencia. Comprender el fracaso, tener tolerancia ante el fracaso y surgir del mismo provee unos elementos esenciales para el triunfo del ser humano en todo sentido, en toda su integralidad como persona, pero si no comprendemos que hemos fracasado, si no toleramos el fracaso, pero m&aacute;s grave a&uacute;n si se nos enga&ntilde;a dici&eacute;ndonos que en realidad somos excelentes cuando no somos nada de eso, ese puede ser el peor fracaso, el ser enga&ntilde;ados con falacias que no hacen m&aacute;s que anestesiar nuestras deficiencias y autocontentarnos con mentiras. No podemos afirmar que las destrezas de car&aacute;cter o de personalidad no valgan, pero decir que por poseer algunas de ellas somos excelentes, no est&aacute; acorde con el proceso educativo que busca la excelencia acad&eacute;mica. <br /Relacionarse bien con los dem&aacute;s, mostrar empat&iacute;a hacia los problemas ajenos, ser colaborador es algo que todos necesitamos, no una suerte de privilegio que solo tienen los excelentes. Los excelentes son aquellos que se esfuerzan, que ponen todo su empe&ntilde;o en una meta, que se levantan del fracaso porque han aprendido, que se distinguen en toda una generaci&oacute;n, porque fueron capaces de ser diferentes. Eso es ser excelente.</div