Francisco llegó a Maskwacis, donde se encuentra el antiguo internado de Ermineskin, uno de las más grandes de Canadá, abierto de 1895 a 1975. Después de una oración silenciosa en el cementerio, el Papa pronunció su primer discurso, en español, frente a unas 15,000 personas entre ellas antiguos alumnos de los pensionados indígenas.