Moscú. Rusia se disponía ayer a entrar en 2014 entre fuertes medidas de seguridad y con el entierro de las primeras víctimas de los dos atentados suicidas que provocaron 33 muertos en Volgogrado.
Volgogrado comenzó a enterrar a los muertos del atentado del domingo pasado en la principal estación de trenes de la ciudad, cuya autoría las autoridades rusas han atribuido provisoriamente a una mujer de la región conflictiva de Daguestán, en el Cáucaso Norte.
El presidente ruso, Vladimir Putin, quien no se ha pronunciado aún en público desde los atentados, podría referirse a ellos en su tradicional discurso televisado con motivo del Año Nuevo. El Kremlin ordenó a los servicios antiterroristas reforzar la seguridad tras la explosión de un trolebús, menos de 24 horas después de un primer atentado en la estación central de Volgogrado.
El número total de los dos atentados subió a 33 muertos, indicó a la agencia Interfax un portavoz del ministerio local de Situaciones de Emergencia, Dimitri Ulanov. AFP