Menudos días de infarto para los blogueros Yoani Sánchez y su esposo Reinaldo Escobar.
El 6 de noviembre fue Yoani, de 34 años, la que denunció un “secuestro siciliano”, con golpiza incluida, por supuestos agentes de la policía política; todo en 20 minutos, sin cámaras ni testimonios gráficos.
El viernes pasado, el agredido ha sido Escobar, de 62 años, y la prensa extranjera filmó el acto de repudio, en el que participaron centenares de personas afines al Gobierno cubano, que zarandearon al bloguero con saña e impunidad. En medio de estos dos actos violentos, Yoani entrevistó al presidente de EUA, Barack Obama, y ofreció su testimonio en una comisión del Congreso de Estados Unidos.
“No me gusta lamerme las heridas. Sigo apostando por el diálogo y todo lo que abre las puertas al futuro, así que de lo ocurrido me quedo con la entrevista a Obama”, ha dicho Sánchez en medio de una vorágine de llamadas del extranjero.
Su esposo opina que el acto de repudio y los golpes eran un “mensaje” claro: “la señal del Gobierno es que mientras nos quedemos en la red y escribiendo nuestros blogs, no hay problema, pero no quieren acciones en la calle, porque la consideran suya”.
El matrimonio lleva días ocupando espacios destacados en los más importantes medios de prensa del mundo. El jueves, su popularidad llegó al tope, cuando Yoani publicó en su blog Generación Y las respuestas de Obama a siete preguntas que le formuló sobre las relaciones Cuba-EUA.
“Tu blog ofrece al mundo una ventana particular a las realidades de la vida cotidiana en Cuba”, escribió el Presidente, en un fuerte espaldarazo a Sánchez, que en 2008 recibió el premio Ortega y Gasset de periodismo.
En sus respuestas a la bloguera, Obama se mostró a favor de una “diplomacia directa y sin condiciones” con La Habana y dijo que debe ser el pueblo cubano el que decida su futuro. Sin embargo, advirtió al gobierno de Raúl Castro que ha de dar pasos hacia la democratización y el respeto de los derechos humanos sí desea llegar a una normalización de relaciones con EUA.
El mismo día del incidente con Reinaldo Escobar, por la mañana se celebró en Washington una audiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de EUA, que debatió la pertinencia de eliminar la prohibición para que los estadounidenses viajen a la isla de turismo. En medio de un acalorado debate, el presidente de la comisión, Howard Berman, demócrata por California, leyó un testimonio de Yoani a favor del levantamiento de la prohibición, aduciendo que “podría dar más resultado en la democratización de Cuba que las indecisas medidas de Raúl Castro”.
“Junto a los maletines, las bermudas y las cremas solares, pueden llegar también el apoyo, la solidaridad y la libertad”, planteó Sánchez.
El papel de Yoani en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos no gusta al gobierno de Raúl Castro, como tampoco su creciente “activismo ciudadano” y su salto del blog a la calle. Los choques más duros de Sánchez con el mundo oficial han sucedido precisamente cuando ha realizado acciones públicas.
El 6 de noviembre, Yoani denunció que fue retenida y golpeada por presuntos agentes del Gobierno vestidos de civil para impedir su participación en una manifestación contra la violencia convocada en un céntrico barrio de La Habana.
En desagravio, Escobar retó a un “duelo verbal” a quien golpeó a su mujer, un tal “agente Rodney”. La cita era el 20 de noviembre a las 17.00 en la misma esquina de la ciudad. La cosa acabó como se sabe, en golpes.