El titular de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, manifestó ayer su pesar de que una reunión cumbre para combatir el hambre no hubiese logrado promesas concretas de financiación.
Los detractores se quejaron de que el encuentro sólo arrojó migajas a los 1,000 millones de personas en el mundo que no tienen alimento suficiente.
La convocatoria de tres días en la sede de la FAO en Roma terminó con pocos resultados en la elaboración de una estrategia para ayudar a los agricultores de países pobres a producir lo suficiente como para alimentar a su pueblo.
La cumbre fue calificada de fracaso el mismo lunes cuando los delegados de 192 países rechazaron exhortaciones de la ONU para comprometerse a aportar 44,000 millones de dólares anuales en asistencia para el desarrollo agrícola.
Al cierre de la reunión, la agencia internacional de ayuda Oxfam la calificó de esfuerzo “tibio” que no hizo sino dar “migajas” a los hambrientos del mundo, que se calcula son uno de cada seis habitantes del planeta.
Jacques Diouf, el director general de la FAO, dijo: “Si no vienen los jefes de Estado y de Gobierno que conocen todos los temas y que fijan la ayuda al desarrollo, se termina por eludir el problema y reducirlo a un asunto técnico”.
La ONU había esperado que la cumbre se comprometiera a erradicar el hambre para el 2025.