19/04/2024
07:03 AM

Honduras está entre los 20 países más miserables del mundo

Un estudio del Instituto Cato revela que Venezuela ocupa el primer lugar de miseria a nivel mundial.

Caracas, Venezuela

El Instituto Cato lanzó recientemente la primera edición del Índice de Miseria Internacional en la que Honduras figura en la posición número 19, mientras que Venezuela encabeza la lista con el nivel más alto de miseria del mundo.

La fórmula del índice, aplicado a 90 países en todo el mundo, suma la tasa de desempleo, la tasa de interés y la tasa de inflación, y resta el porcentaje de cambio en el PIB real per cápita. Japón figuró como el país menos miserable.

Además de medir la miseria, este índice ha demostrado tener una alta correlación con el nivel de popularidad de los presidentes, según Steve Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins y Miembro Senior del Institute Cato en Washington, DC.

“Si la economía va mal durante el mandato de un presidente, aumenta la probabilidad de que este presidente tenga una baja tasa de aprobación”, explica Hanke.

Este índice, desarrollado originalmente por Arthur Okun ‒un destacado economista que trabajó en el Consejo de Asesores Económicos del Presidente de EE.UU. bajo el Presidente Lyndon Johnson‒ era igual a la suma de la inflación y la tasa de desempleo, y se usaba para medir la miseria en los Estados Unidos.

Años más tarde, el profesor de Harvard Robert Barro modificó el índice. Incluyó el rendimiento de los bonos gubernamentales a 30 años y la brecha del PIB real como variables adicionales que podrían mejorar los resultados y hacerlos más precisos.

Hanke se basó en ese mismo índice de miseria, pero lo aplicó más allá de los Estados Unidos. Por lo tanto, esta es la primera vez que este instrumento se ha aplicado más allá de las fronteras de Estados Unidos, incluyendo los países para los que la Unidad de Inteligencia deThe Economist haya publicado series de datos para las cuatro vairables relevantes.

La miseria en las Américas

El experimento chavista quedó en el primer lugar, con un valor del índice de 79,4, y es seguido por la Argentina de Kirchner (43,1), que ocupa el cuarto lugar a nivel mundial. Ambos países obtuvieron puntajes tan altos debido a sus volátiles tasas de inflación.

Hanke ‒que trabajó como asesor del expresidente venezolano Rafael Caldera (1995-1996)‒ señala que el valor del índice de Venezuela en realidad subestima el nivel de miseria, porque toma en cuenta la tasa de inflación oficial (56,2%) en lugar de la no oficial. Si la fórmula tomase en cuenta la tasa no oficial, o la tasa de inflación implícita (169%), entonces el valor del índice saltaría a 192, “lo que indica que Venezuela se encuentra en un estado mucho peor de lo que sugieren los datos oficiales”, dice Hanke.

Jamaica ocupa el quinto lugar con un valor del índice de 42,3, y Brasil es noveno con 37,3, sobre todo debido a las altas tasas de interés de ambos países. Las tasas de desempleo de la República Dominicana colocan a la isla en el puesto 16, mientras que las tasas de interés dejaron a Nicaragua y Honduras en los puestos 18 y 19, respectivamente.

En el otro extremo del espectro de las Américas, México quedó en el puesto 61 y Ecuador en el 64. Aun mejor, al final de la lista está El Salvador en el puesto 65, Estados Unidos en el 71, Canadá en el 74 y Panamá en el 81.

Los niveles de popularidad caen a medida que los bolsillos se vacían: el caso de Venezuela

La alta correlación entre la miseria y los índices de aprobación de los presidentes sugiere nuevos desafíos políticos para Venezuela. Con una correlación de -0.54, es evidente que el bienestar económico de los ciudadanos va a influir directamente en los niveles de popularidad del presidente Maduro.

“Para la mayoría de las personas, la calidad de vida es importante. Los ciudadanos prefieren menores tasas de inflación, menores tasas de desempleo, tasas de interés más bajas, y un alto PIB per cápita”, explica Hanke.

Mediante la combinación de resultados de encuestas y el índice de miseria, Hanke muestra una clasificación estandarizada de los presidentes de los Estados Unidos, y explica cómo este tipo de análisis se puede aplicar a cualquier país en el que existan datos adecuados. En cuanto al caso de Venezuela, Hanke señala que la popularidad del presidente Nicolás Maduro se ha reducido en 16 puntos porcentuales desde que asumió el cargo en abril de 2013. Y Hanke no se sorprende.

Los niveles de escasez en Venezuela ‒según el Banco Central de Venezuela, el 29.4% de los bienes básicos no están disponibles‒, sus altas tasas de inflación, y la violencia callejera por motivos políticos, podrían allanar el camino para un eventual colapso político de acuerdo con esta correlación del índice. Sin embargo, Hanke cree que este hundimiento podría tomar un tiempo para concretarse:

“Aunque Maduro se vea a sí mismo como un Robin Hood moderno, tiene mucho más en común con Edward John Smith, capitán del Titanic… Si el petróleo cae a 50 dólares por barril, el Titanic que es Venezuela hoy en día podría mantenerse a flote más de lo que cabría esperar, pero inevitablemente terminará hundiéndose”.