La presidenta brasileña Dilma Rousseff, amenazada por un impeachment, acusó el martes a su vicepresidente Michel Temer de 'traición' tras la filtración de una grabación en la que ya daba a la mandataria por destituida.
Esa filtración 'revela una traición hacia mí y hacia la democracia, de ese jefe conspirador que tampoco tiene compromisos con el pueblo', proclamó Rousseff en una reunión sobre educación en el Palacio presidencial de Planalto.
Rousseff también dio a entender que esa supuesta trama golpista tiene 'dos jefes', en una aparente referencia al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien en diciembre pasado aceptó iniciar el trámite para un posible juicio con fines de destitución.
'Quedó claro que existen dos jefes del golpe que actúan en conjunto y de forma premeditada. Como muchos brasileños, tomé conocimiento y confieso que quedé chocada con la desfachatez de la filtración, que fue deliberada', afirmó.
Según Rousseff, la filtración de ese audio dejó claro que era un discurso de 'toma de posesión anticipada' y prueba que 'hasta en eso son golpistas, sin ningún respeto por la democracia', ya que ella está 'en el pleno ejercicio' de su función de presidenta.
'Si había duda sobre el golpe, la farsa y la traición, ya no hay más. Si había alguna duda de mi denuncia de que hay un golpe en marcha, ya no queda ninguna', aseguró la mandataria.
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Impeachment
La comisión parlamentaria especial aprobó la apertura del proceso de destitución parlamentaria (impeachment) de Dilma Rousseff.
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'El informe es un instrumento de todo ese fraude. Es tan frágil, tan sin fundamentos, que llega a confesar que no existen pruebas suficientes' para avanzar en el proceso, sostuvo Rousseff.