El paso de los ciclones Eta y Iota dejaron a América Central expuesta a plagas en sus cultivos y a enfermedades en aves y ganado, advirtió este jueves un organismo de sanidad agropecuaria en la región.
El peligro surge por las extensas áreas inundadas, alta humedad y descenso en las temperaturas tras el paso de los dos devastadores ciclones este mes, alertó el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) en un comunicado.
La temperatura y humedad que prevalece en la región 'pueden incrementar la incidencia y severidad de la roya del café', en áreas productoras de Honduras y Nicaragua, advirtió el ente regional.
También anticipó problemas de marchitez en las plantaciones de banano y piña por la saturación de agua en el suelo, lo cual genera hongos y bacterias.
Enfermedades
Enfermedades de animales como leptospirosis, encefalomielitis equina y pododermatitis son consideradas amenazas importantes en este momento, según OIRSA.Tanto Eta como Iota han provocado daños en infraestructura del sector agropecuario en Nicaragua, Honduras, Belice, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá, indicó el organismo sin precisar cifras.
'Se reportan miles de familias con pérdidas materiales y de sus medios de vida, principalmente cultivos, animales domésticos ( aves, cerdos, caprinos) y pérdidas de ganado bovino', apuntó el director de organismo, Efraín Medina.
En la agroindustria, las pérdidas en cultivos extensivos como banano, plátano, caña de azúcar y palma africana 'repercutirán, directa e indirectamente, en el acceso de recursos económicos de las comunidades', explicó.
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El ente regional también llamó la atención sobre la contaminación de las fuentes de agua y alimentos, por lo que pidió adoptar 'buenas prácticas' para el control de plagas y enfermedades transmitidas por alimentos.
El OIRSA recomendó a los ministerios de Agricultura y a los productores agropecuarios mantener una vigilancia permanente para la detección temprana de plagas y enfermedades.
En lo que va de noviembre, los ahora disipados Eta y Iota embistieron Centroamérica como huracanes. El primer ciclón dejó más de 200 muertos y el segundo al menos 38, en deslaves e inundaciones.