19/04/2024
05:42 PM

Pragmatismo o progresismo, ¿qué camino elegirá Argentina?

El electo presidente argentino tiene el reto de reagrupar el ala progresista que pierde fuerza en Sudamérica y ser pragmático en su relación con Brasil y Estados Unidos.

    BUENOS AIRES.

    El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, se enfrenta al desafío de encontrar un delicado equilibrio entre el pragmatismo que le demandan las necesidades financieras y económicas del país y la intención de reagrupar fuerzas progresistas frente al avance de la derecha en América Latina.

    A este peronista de centro-izquierda que asumirá el gobierno el 10 de diciembre tras ganar las elecciones con 48% de los votos lo espera un entorno adverso y la urgencia de reprogramar los vencimientos de la abultada deuda con el Fondo Monetario Internacional, a la que se dijo decidido a honrar.

    Pocos días después de su elección, el presidente Donald Trump lo llamó para felicitarlo y le ofreció apoyo “para ayudarlo a superar los desafíos económicos”, aunque esta semana anunció que impondrá aranceles al aluminio y el acero de Argentina y Brasil.

    Progresismo

    Amigo de los expresidentes de Brasil Luis Inacio Lula Da Silva, a quien visitó en prisión y por cuya libertad reclamó, y Dilma Rousseff, así como de Evo Morales, a quien ayudó a salir de Bolivia hacia su asilo en México, Fernández calificó a las masivas protestas en distintos países de la región de “reclamos progresistas”.

    Para saber
    1-El presidente de Chile, Sebastián Piñera, viajará a Argentina para asistir a la asunción de Alberto Fernández, en el primer viaje fuera del país desde el estallido social, confirmó ayer la Presidencia chilena.

    2-Fernández tendrá como jefe de Gabinete a Santiago Cafiero, su mano derecha, un licenciado en Ciencias Políticas de 40 años, de cuna peronista, ya que es nieto del histórico dirigente Antonio Cafiero e hijo de Juan Pablo, exembajador de Cristina Kirchner en el Vaticano.
    América Latina se está rebelando contra la derecha. Nosotros -Cristina (Kirchner, quien asumirá la vicepresidencia), yo y nuestro gobierno- vamos en el mismo sentido que la gente. Latinoamérica nos mira con expectativa. Ganamos y en América Latina se desató una demanda social que parecía dormida”, dijo.

    Un Fernández recién electo recibió en noviembre en Buenos Aires al Grupo de Puebla, que reúne a una treintena de dirigentes y exmandatarios izquierdistas y se propone “desarrollar una agenda progresista en América Latina”.

    El FMI dio a Argentina un crédito de $57,000 millones en un plazo de 3 años, pero Fernández rechazó el último desembolso, aún pendiente
    Desde que lanzó su candidatura, Fernández viajó a España y Portugal, luego a Perú y Bolivia, con Evo aún al gobierno, y finalmente a México, cuyo presidente, Andrés Manuel López Obrador, le es políticamente afín.

    Argentina dará un vuelco en relación a Venezuela. Fernández respalda la posición de México y Uruguay que proponen una “salida negociada” de la crisis sin reconocer al jefe del parlamento Juan Guaidó como presidente encargado, a diferencia del presidente saliente Mauricio Macri, uno de los impulsores del Grupo de Lima, que apoya las aspiraciones del opositor venezolano.

    Bolsonaro

    “Tenemos objetivos que nos obligan a ser pragmáticos. Si uno marca cuál es su identidad el pragmatismo no va a ser de sometimiento, sino de avance”, afirmó ante un auditorio de estudiantes universitarios el futuro canciller Felipe Solá.

    Con larga trayectoria política pero “neófito” en el mundo diplomático, según su propia definición, Solá aboga por objetivos “pragmáticos y desideologizados” en las relaciones exteriores.

    Esto es válido para la relación con EEUU -”puede ser muy buena”, dijo Solá- y para el acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea, con el que no hay resistencia a priori, pero debe ser consultado y revisado para conseguir su aprobación por el Congreso argentino.

    Más allá de las fricciones personales de Fernández con el ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, del giro político en Uruguay y del gobierno de derecha en Paraguay, Argentina seguirá apostando a “profundizar el Mercosur”. Pese a las diferencias ideológicas con Bolsonaro, Fernández ha señalado que aspira a tener una relación pragmática con el país vecino.