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Inmigrante hondureña acusa a Gobierno de Trump de traumar a su hija

  • 04 abril 2019 /

La pequeña Grethshell Flores fue separada de sus padres al cruzar la frontera de EEUU.

California, Estados Unidos.

Cuando Sindy Flores decidió huir de Honduras hacia Estados Unidos tras ser amenazada por las maras no imaginó la pesadilla que se avecinaba para su familia en la tierra de oportunidades donde esperaba reconstruir su vida.

La inmigrante de origen hondureño relató en una carta enviada al diario The New York Times la odisea que vivió junto a sus tres hijos y su pareja al huir de Tegucigalpa por el acoso de los pandilleros que asesinaron a su primer esposo.

Flores, que se separó de su esposo y su hija menor tras una redada en México, acusó al Gobierno de Donald Trump de 'traumar' a su bebé de 18 meses tras arrebatarla de los brazos de su padre cuando este ingresó ilegalmente a territorio estadounidense.

'Soy una solicitante de asilo originaria de Honduras y madre de tres. Durante más de un mes mi hija más pequeña fue forzosamente separada de su padre y de mí por el gobierno estadounidense. Aún no sé dónde estuvo en ese tiempo o quién la cuidó', relató Flores.

Grethshell 'es una bebé; no puede contarme si le pasó algo malo. No sé si ella cree que quisimos abandonarla. Lo que sí sé es que regresó mucho más delgada, con piojos y tos seca, y que lloró durante días al quedar traumada por un gobierno que mantiene a los hijos separados de sus padres solo debido a que son migrantes', agregó la mujer.

'Huimos de Honduras hacia Estados Unidos porque temíamos por nuestras vidas allá. Crecí en la capital, Tegucigalpa, y mi vecindario se ha vuelto en los últimos años uno de los más violentos en la ciudad. El 18 de octubre llegaron pandilleros a mi casa en busca de mi pareja, Kevin. Ya habíamos tenido encontronazos con las pandillas en el pasado.

Me mostraron sus armas y me dijeron: “Si no se van en veinticuatro horas, ya saben qué pasa”', contó Flores.

La inmigrante hondureña afirmó que las amenazas de muerte en su contra empezaron tras la deportación de Kevin de EEUU, a quien los pandilleros buscaban por creer que tenía dinero.

Tras las amenazas la pareja decidió huir hacia EEUU con apenas 80 dólares en sus bolsillos. Al llegar a Puebla, México, la familia se separó cuando huían de la policía de ese país, Kevin tomó a la bebé y Sindy se quedó con los niños mayores.

'Durante el viaje habíamos ideado un plan en caso de separarnos. Mi tío vive en San Francisco, California, y ahí nos reuniríamos. 'Nos encontramos ahí', dijo Kevin. 'Ahí estaremos a salvo''.

Sindy logró cruzar la frontera junto a sus hijos el pasado 1 de enero. Fue detenida en Calexico y llevada a las hieleras antes de ser trasladada a un centro de detención donde también se encontraba su esposo.

'Ahí me enteré de que Kevin había sido llevado al mismo lugar con Grethshell y que ella había sido separada de su padre. Dos compañeras migrantes me dijeron que cinco agentes lo sostuvieron mientras se la arrebataron de los brazos. A otras mujeres migrantes ahí les encargaron cuidarla un tiempo', agregó la mujer.

Luego, la pequeña fue enviada a un albergue para niños migrantes en San Antonio, Texas. Kevin fue encarcelado por reingresar ilegalmente a EEUU y Sindy y sus dos hijos fueron liberados.

'Me dijeron que iba a poder reunirme con mi hija dentro de una semana, pero que primero necesitaba hacer papeleo... Al final estaba tan harta que acudí a los medios de comunicación para denunciar. A Grethshell por fin la pusieron en un avión de regreso y la llevaron conmigo cuando amenacé con ir a la dirección que tenía de la administradora del albergue para recuperarla', indicó la madre hondureña.

Vea: EEUU refuerza seguridad en frontera por cruce masivo de migrantes

'Cuando una trabajadora social puso a mi hija de vuelta en mis brazos, el 30 de enero, Grethshell estaba inconsolable. Mi cuerpo entero temblaba mientras la abrazaba e intentaba calmarla y decirle que todo iba a estar bien. Estaba tan enferma que la tuve que llevar al doctor el día siguiente. Durante tres semanas se resistió a mí; estaba temerosa cuando intentaba sostenerla. Por las noches aún llora y pide a su papá.

Sé que no soy la única. Unos 311,000 migrantes han solicitado asilo tras huir de la violencia en sus países, como nosotros. Nuestro futuro es incierto. Mis hijos y yo acabamos de ser expulsados del hogar que estábamos compartiendo con otras seis personas. Yo intento sobrevivir como madre soltera de tres niños. No sé si me darán asilo o nos mandarán de regreso a morir a manos de las pandillas', denunció.

El Gobierno de Trump comenzó a implementar una nueva política contra los solicitantes de asilo en EEUU tras la llegada de varias caravanas de migrantes a EEUU, expulsando a los indocumentados a México hasta que se resuelva su solicitud.