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El 'Alcatraz de las rocosas” espera a El Chapo Guzmán

  • 16 febrero 2019 /

El 25 de julio el juez dictará la sentencia contra el capo mexicano, podría ser el próximo inquilino de la “Alcatraz de las Montañas Rocosas”

    Nueva York, Estados Unidos

    “Infierno de alta tecnología”, “Alcatraz rocoso”, “SuperMax”: son algunos de los sobrenombres de la cárcel a la que podría ser enviado el Joaquín “Chapo” Guzmán, que es considerada una de las más seguras y crueles de EEUU.

    Dato
    Ubicada en las inmediaciones de las Montañas Rocosas, cerca de Florence, Colorado, fue diseñada para aislar a los delincuentes considerados peligrosos.
    El Chapo fue declarado culpable por un jurado de Nueva York de delitos de narcotráfico, posesión de armas y lavado de dinero y en junio debe ser sentenciado a una cadena perpetua no negociable y enviado a la prisión de máxima seguridad (ADX) en Florence, Colorado. Construida en 1994 en el corazón de un desierto montañoso, de esta instalación rodeada de torres de vigilancia y hombres fuertemente armados es prácticamente imposible escapar, incluso para el Chapo, que se fugó de prisiones de máxima seguridad en México en dos oportunidades.

    -Nadie ha escapado-

    Los prisioneros más peligrosos están confinados 22 horas y media al día en una celda de hormigón y acero de 2,1 por 3,6 metros, de la que solo pueden salir con grilletes en pies y manos.

    Robert Hood, un exguardia en Florence, dijo que esta prisión no era más que “una versión del infierno más limpio”, “mucho peor que la muerte”.

    El Chapo se unirá allí a otros narcotraficantes condenados, pero también a condenados por terrorismo como Ramzi Youssef, autor intelectual de los primeros ataques al World Trade Center en 1993; Zacarías Moussaoui, el francés condenado en relación con los ataques del 11 de septiembre de 2011; o Djokhar Tsarnaev, condenado a muerte por los ataques de Boston en 2013.

    Vista general del Complejo Correccional en Florence, Colorado. Se construyó en una extensión inhóspita de desierto semiárido a 64 kilómetros al sur de Colorado Springs, ha servido durante décadas como el destino final para una lista de criminales célebres. Es donde posiblemene el capo mexicano cumpliría la condena que le imponga el juez.
    Un informe del Centro de Información sobre Correcionales de Washington DC (DCICC), organización autorizada por el Congreso de EEUU, indicó que la inmensa mayoría de los reclusos (92% de 427 prisioneros al momento de la visita en abril 2017) fueron transferidos de otras cárceles federales por “problemas disciplinarios”. Muchos sufren también desórdenes mentales.

    “Estar aquí no corrige tu comportamiento o lo que sea que hayas venido a buscar, como la gente afuera puede pensar. En la mayoría de los casos te hace aún más amargado y agresivo debido a la forma como te tratan”, dijo un recluso citado por la organización.

    - “Recreación” en una jaula -

    La cotidianidad de los prisioneros de máxima seguridad no es color de rosa: están encerrados en solitario en la celda de 8 m2, con una cama, un escritorio y un banco de concreto. Una ducha, inodoro y lavamanos de acero inoxidable y la luz del día pasa por un agujero profundo de 10 cm de ancho a 120 cm de altura, que impide ver hacia el exterior.

    Las celdas tienen una puerta de acero sellada, por lo que los reclusos no pueden hablar entre ellos. El único contacto humano viene con las pocas palabras que intercambian con los guardias, cuando traen y se llevan la comida. Las visitas están permitidas, pero tienen que ser aprobadas por la cárcel. Según los abogados del Chapo, la esposa Emma Coronel no será autorizada a verlo.

    La zona de recreación se le conoce como la piscina vacía, un área de concreto con tragaluces a la que los reclusos asisten solos y pueden dar 10 pasos alrededor.
    El único momento para ver la luz del sol es en los minutos de “recreación”. Tres o cinco guardias llevan al recluso en cadenas a una especie de jaula, no mucho más grande que la celda, donde finalmente puede ver el cielo y hablar, si coinciden, con otros presos en jaulas vecinas. Esas “salidas”, que sirven para también requisar el calabozo, se limitan a 10 horas semanales, según un informe de Amnistía Internacional de 2014, que denunció el centro de detención “no cumple con los criterios internacionales para el trato humano de prisioneros”.
    Uno de los abogados del Chapo dijo que las condiciones esta cárcel eran mejores a las que su cliente ha tenido en la de Manhattan donde ha estado recluido por dos años.

    Indicó que en principio estaría, como los reclusos más peligrosos, en el casi total aislamiento de casi 23 horas al día, pero sus condiciones pueden mejorar gradualmente con buena conducta. De cualquier forma, un recluso, citado en el informe de la DCICC, advirtió que la vida en Florence “es muy aburrida y difícil al menos que seas física y mentalmente muy fuerte”.

    En esta prisión a los reclusos solo se les permite que gasten 285 dólares al mes en el comisariato. Las regaderas tienen temporizador: el agua corre durante un minuto y se detiene, por lo que el prisionero debe presionar un botón para que vuelva a salir agua durante otro minuto.