Caracas, Venezuela.
«Tengo la certeza de que todo saldrá bien y de que saldremos más fuertes y más sabios de toda esta coyuntura», dijo Nicolás Maduro en un discurso ante las Fuerzas Armadas de Venezuela que se preparan para el Ejercicio Militar 2019.
Prosiguió, «No podrá un puñado de inmaduros improvisadores dañar la vida republicana de Venezuela». Hasta aquí nada fuera de lo común, pero la siguiente frase deja en entredicho la estabilidad del actual mandatario venezolano, declarado ilegítimo por los países que conforman el grupo de Lima.
«Tengan la seguridad. Se los digo con certeza. Yo ya fui al futuro y volví y vi que todo sale bien y que la unión cívico-militar le garantiza la paz y la felicidad a nuestro pueblo», dijo.
No es la primera vez que Maduro hace este tipo de declaraciones de tintes fantásticos. En 2014 aseguró que se le había aparecido un «pajarito que le dijo que Hugo Chávez está feliz y lleno de amor de la lealtad de su pueblo». «Debe de estar orgulloso», remató.
En medio de la peor crisis económica de la historia reciente de Venezuela, Maduro fue reelegido en mayo en comicios boicoteados por los principales partidos opositores, que los denunciaron como un fraude, y desconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos.
