San Juan.
Tras la devastación que dejó el huracán María en Puerto Rico, la ayuda humanitaria y los suministros comenzaron a llegar a cuentagotas a las zonas más afectadas de la isla.
El gobernador, Ricardo Rosselló, dijo que cinco días después de que María partiera por la mitad la isla, dejando 16 muertos, se está al borde de una crisis humanitaria que se puede evitar si se consiguen recursos suficientes para hacer frente a la recuperación.
Rosselló pidió por ello al Congreso de Estados Unidos que tome acción y ayude a la isla y apeló a que el Gobierno garantice el soporte que necesita Puerto Rico, literalmente devastado por un huracán, catalogado por algunos especialistas como el más poderoso de la historia. “Necesitamos prevenir que ocurra una crisis humanitaria en Estados Unidos, pues Puerto Rico es parte de Estados Unidos”, subrayó Rosselló, en un intento de que Washington no se olvide de la isla, donde todavía hay miles de refugiados.
El senador por el estado de Florida
Marco Rubio pidió que Puerto Rico disponga de flexibilidad fiscal para acometer con garantías la reconstrucción. “Puerto Rico debe disponer de créditos a bajo interés”, dijo Rubio en conferencia de prensa en
San Juan, adonde llegó con un equipo de trabajo para conocer las necesidades de la isla.
Aunque la situación de la infraestructura eléctrica es crítica por permanecer prácticamente inoperante (la isla sobrevive con plantas de diesel), y el principal hospital ya tiene servicio.
El secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor, Michael Pierluisi, pidió a la población que no acuda a las gasolineras a no ser que se trata de una situación de emergencia, ya que los mayoristas todavía solo operan a un 40% de su capacidad. Las aglomeraciones continúan, sin embargo, por toda la isla debido a la desesperación entre los ciudadanos.
Tras la devastación que dejó el huracán María en Puerto Rico, la ayuda humanitaria y los suministros comenzaron a llegar a cuentagotas a las zonas más afectadas de la isla.
El gobernador, Ricardo Rosselló, dijo que cinco días después de que María partiera por la mitad la isla, dejando 16 muertos, se está al borde de una crisis humanitaria que se puede evitar si se consiguen recursos suficientes para hacer frente a la recuperación.
Rosselló pidió por ello al Congreso de Estados Unidos que tome acción y ayude a la isla y apeló a que el Gobierno garantice el soporte que necesita Puerto Rico, literalmente devastado por un huracán, catalogado por algunos especialistas como el más poderoso de la historia. “Necesitamos prevenir que ocurra una crisis humanitaria en Estados Unidos, pues Puerto Rico es parte de Estados Unidos”, subrayó Rosselló, en un intento de que Washington no se olvide de la isla, donde todavía hay miles de refugiados.
Devastación. Los estragos de la tormenta del siglo en el caribe. Foto: AFP
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Aunque la situación de la infraestructura eléctrica es crítica por permanecer prácticamente inoperante (la isla sobrevive con plantas de diesel), y el principal hospital ya tiene servicio.
El secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor, Michael Pierluisi, pidió a la población que no acuda a las gasolineras a no ser que se trata de una situación de emergencia, ya que los mayoristas todavía solo operan a un 40% de su capacidad. Las aglomeraciones continúan, sin embargo, por toda la isla debido a la desesperación entre los ciudadanos.
La situación en el Aeropuerto Internacional de San Juan es complicada, ya que los vuelos son limitados y hay centenares de personas que pernoctan en la infraestructura ante los retrasos para salir con dirección hacia Estados Unidos. El aeródromo tiene una avería de un satélite de largo alcance que ofrece información a la torre de control, lo que dificulta las operaciones.
La ayuda desde Estados Unidos aumenta y el portavoz de la Guardia Nacional, Paul Dahlen, dijo que más de mil soldados trabajando en labores de emergencia.