19/04/2024
11:01 PM

Jurado de EUA declara culpables a sobrinos del presidente Maduro

Efraín Campo Flores y a su primo Franqui Francisco Flores de Freitas son acusados de narcotráfico.

Nueva York, Estados Unidos.

Un jurado estadounidense declaró este viernes culpables de planificar el envío de 800 kilos de cocaína a Estados Unidos a dos sobrinos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Ambos podrían ser condenados a cadena perpetua.

Tras ocho días de juicio y seis horas y media de deliberaciones en un tribunal federal de Nueva York, el jurado decidió de forma unánime que Efraín Antonio Campo Flores, de 30 años, y su primo Franqui Francisco Flores de Freitas, de 31, son culpables de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, y de conspiración para manufacturar y distribuir cocaína al país.

El juez Paul Crotty de la corte federal del sur de Manhattan, a cargo del caso, fijó como fecha tentativa de la sentencia el 7 de marzo. La pena mínima son 10 años de cárcel, y la máxima cadena perpetua.

Los dos sobrinos, presentes en la corte federal durante todo el juicio, escucharon serios el veredicto, con rostro inexpresivo.

Ambos fueron detenidos en Haití en noviembre del año pasado por la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, y trasladados a Nueva York, donde han permanecido casi un año en prisión a la espera del juicio.

La agencia antidroga estadounidense (DEA) llevó a cabo una operación encubierta con informantes confidenciales en Venezuela y Honduras para atrapar a los dos sobrinos.

Grabaciones de video, fotos y transcripciones de conversaciones telefónicas mostradas al jurado durante el juicio muestran a los acusados negociando el envío de 800 kg de cocaína de Venezuela a Honduras a cambio de un total de 20 millones de dólares, y a los informantes diciendo que el destino final de los cargamentos sería Estados Unidos.

Campo Flores aparece en un video sosteniendo un ladrillo blanco que asegura es cocaína proveniente de la guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Asegura en otras grabaciones que tiene control del aeropuerto internacional de Caracas y que tienen acceso al hangar presidencial.

En un chat telefónico mostrado por la fiscalía al jurado, Campo Flores dice que precisaba hacer el trabajo para aportar dinero a la campaña para las elecciones legislativas de diciembre de 2015 en Venezuela, en la que su tía Cilia Flores, esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro, fue reelegida como diputada de la Asamblea Nacional.

Los dos primos viajaron en noviembre de 2015 a Haití en un jet privado para recibir allí 11 millones de dólares por organizar el envío de un primer cargamento de droga, pero fueron arrestados por agentes de la DEA que los trasladaron a Nueva York..

Su relación con Honduras

Fotografías en poder de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York sirvieron de prueba, al inicio del juicio, para demostrar que los sobrinos de Maduro estuvieron en Honduras en actividades ligadas al narcotráfico.

Los jóvenes tendrían nexos con Roberto de Jesús Soto García, pedido en extradición por EUA, y quien sería el socio de los sobrinos de Maduro y con quien se habrían reunido en San Pedro Sula en noviembre de 2015. En el encuentro habrían participado agente encubiertos de la DEA.

Durante la reunión, Soto explicó cómo él y sus socios recibirían un cargamento en el aeropuerto de Roatán, Islas de la Bahía, y habló de la necesidad de tener los aviones cargados de droga antes del anochecer.

Soto aseguró que el avión podía ser descargado y reabastecido en 20 minutos y dijo que el vuelo sería legítimo si los pilotos también bajaban a los pasajeros en Roatán.

Al día siguiente Flores asistió a otra reunión relacionada con la operación. 'Fotografías enviadas por Flores en el día de la reunión, las cuales fueron obtenidas de un celular confiscado en conexión con los acusados, sugieren que él hizo un viaje a Honduras en una aeronave privada', dice el documento del expediente 1:15-cr-007765-PAC.

El relato de la reunión en Honduras está en la página 18 del archivo.

Foto: La Prensa