París, Francia
El Nicolas Ghesquière que nos enamoró durante la era Balenciaga ha vuelto, y lo ha hecho por la puerta grande. Louis Vuitton ha sido la última firma en presentar su colección de primavera-verano para el próximo año.
Los minivestidos han causado sensación, así como sus chaquetas repletas de volúmenes. Los estampados estrambóticos y las combinaciones de color han marcado el rumbo de esta nueva colección.
El director creativo ha mezclado estampados y tendencias inspirándose en un futuro nómada en el que se combinan prendas de diferentes tejidos y gráficos con colores muy contrastados. Destacan en su propuesta las mangas abullonadas con pliegues, los estampados de los 80 inspirados en el Grupo Memphis, que cubren shorts, camisetas o bombers, formando siluetas oversize, así como las originales formas de los bolsos de lágrima.
La nueva colección tiene una potente premisa: la distinción de género se difuminará para crear prendas desligadas de la feminidad o la masculinidad, sin distinción tampoco de clase, donde tejidos informales se mezclan con el lujo y la comodidad de la moda urbana con la elegancia de las telas de calidad.