25/04/2024
01:29 AM

Trae sonrisas desde EUA a niños pobres de Honduras

San Pedro Sula, Honduras.

Como todos los años, Gloria Johana Sierra volvió en Junio a la aldea donde creció para repartir alegría entre los niños mediante los donativos que logra reunir durante todo el año en Estados Unidos, donde trabaja.

En El Junquillo y otras aldeas de Nueva Armenia, Francisco Morazán, es esperada en Navidad y a mediados de año porque llega con juguetes, alimentos y útiles escolares, pero sobre todo con mucho amor y la alegría de ayudar reflejada en su rostro.

Sin proponérselo logró que su labor trascendiera en Estados Unidos a través de las páginas del Washington Post que le dedicó un artículo en su sección El Tiempo Latino, lo cual fue determinante para poder captar más donativos.

Gracias a ello, cada vez llega a más comunidades hondureñas con sus “bolsas de amor” como llama a los donativos que consigue con sus amigos, compañeros de trabajo y familiares. En enero de este año, Gloria Johana recibió una emotiva carta del alcalde de Texíguat, El Paraíso, Lorenzo Arturo Sierra, para agradecerle en nombre de “los niños y padres de la aldea Jamayupe” por conseguir que San Nicolás les llevara juguetes.

Gloria nació en Tegucigalpa, de una madre soltera. “Durante mi niñez, mi madre trabajaba y estudiaba por la noche. Crecí en la pobreza pero rodeada de amor. Las únicas vacaciones que mi madre me podía dar era mandarme a la casa de mi abuelita en una aldea en la que no había electricidad o agua potable”, cuenta Gloria.

Luego su madre emigra a EUA y Gloria queda, con 7 años, a cargo de una tía que se convierte en su “segunda madre”. Con el tiempo, la madre de Gloria se casa con un estadounidense y “da a luz a mis dos hermanitos”.

Llegó a Estados Unidos a los 11 años sin saber inglés. “Fui a una escuela en la cual yo era la única que hablaba español y fue muy difícil ajustarme a una nueva cultura, nueva escuela y hasta a una nueva familia”, explica y añade que seis meses después “ya podía hablar, leer y escribir inglés”. “Crecí con unos padres amorosos, y con el conocimiento de Dios. Mi madre y mi padre son mis ídolos: ellos me enseñaron a ser agradecida, luchadora y siempre ayudar a los necesitados”.

En la universidad estudió contabilidad y hoy es una profesional con 10 años de experiencia. “Gracias a ser bilingüe y profesional he tenido la oportunidad de regresar a Honduras y a mi aldea humilde todos los años, y me he dado cuenta que las cosas no han cambiado mucho desde mi niñez”, le dijo a The Washington Post.

Gloria recuerda con tristeza cuando llegaba la Navidad y pensaba que San Nicolás solo visitaba a los niños ricos, no a los pobres. Ese sentimiento la llevó a crear la “The Glo Foundation” en 2011 (www.glofoundation.org) que representa “luz, esperanza y felicidad”.

Al tener un trabajo estable y muchos amigos se propuso ayudar a esos niños que viven en condiciones precarias. Se le quiebra la voz y humedecen los ojos cuando recuerda que uno de esos niños caminó más de una hora “cargando un saquito de frijoles en agradecimiento por poder conocer a Santa”.