El presidente chileno, Sebastián Piñera, afirmó que no dimitirá pese a las masivas protestas antigubernamentales marcadas por la violencia que sacuden a su país, aunque reconoció 'parte' de responsabilidad en la crisis, en una entrevista difundida el martes por la BBC.
Las manifestaciones, que comenzaron contra el aumento de las tarifas del metro para abarcar después un amplio abanico de reivindicaciones sociales, se encuentran ya en su tercera semana y no parecen querer remitir.
El gobierno aparece impotente pese a haber declarado el estado de emergencia y sacado al principio a los militares a patrullar las calles junto a la policía.
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Los disturbios comenzaron en Chile el 18 de octubre pasado con protestas contra un aumento en los boletos de transporte y otras medidas de austeridad y descendieron en vandalismo, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y policías.
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'Hay llamados a que dimita', le dijo a Piñera la periodista Katy Watson de la televisión pública británica '¿Lo va a hacer?'.
'No', contestó tajantemente el conservador multimillonario que pocos días después del estallido de las protestas cambió a ocho de sus ministros, incluido el cuestionado titular del Interior, Andrés Chadwick.
Piñera paga sus errores en la gestión de la crisis con una caída estrepitosa de popularidad: con 13% de aprobación, es el jefe de Estado con las cifras más bajas desde el regreso a la democracia en Chile en 1990.
Los manifestantes se reúnen alrededor de una barricada durante una protesta contra las políticas económicas del gobierno del presidente Sebastián Piñera, en Santiago, el 4 de noviembre de 2019.
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Los manifestantes exigen una mejor distribución de la riqueza, el aumento de las pensiones más bajas y reducción en las tarifas de servicios básicos.
'Estos problemas se han ido acumulando en los últimos 30 años, soy responsable de parte de ello y asumo mi responsabilidad pero no soy el único', afirmó.
Piñera se declaró obligado como presidente a 'mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos' y defendió que en las tres décadas desde el retorno de la democracia 'la pobreza se redujo de 65% a 8%' en Chile.
Activistas, encabezados por la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, emplazaron al presidente a frenar lo que denuncian como 'graves y sistemáticas' violaciones de los derechos humanos para reprimir las protestas.
Los manifestantes están enojados por los bajos salarios y pensiones, la mala salud pública y la educación, y una brecha enorme entre ricos y pobres. / AFP / Rodrigo ARANGUA
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Diferenciando entre la 'enorme ola de destrucción y violencia organizada por alguna gente' y 'las legítimas manifestaciones de los ciudadanos chilenos', el presidente justificó el recurso al estado de emergencia, una 'herramienta democrática y constitucional', para 'restaurar el orden público y proteger a los ciudadanos'.
Pero reconoció que 'hay muchas presuntas quejas sobre uso excesivo de la fuerza'. 'Si eso tuvo lugar puedo garantizar que será investigado (...) y será juzgado', afirmó.
'No habrá impunidad', aseguró.
Los disturbios comenzaron en Chile el pasado 18 de octubre con protestaron contra un aumento en los boletos de transporte y otras medidas de austeridad y descendieron al vandalismo, el saqueo y los enfrentamientos entre manifestantes y policías.
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