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Bagdadi, el sanguinario Califa que 'murió como perro'

  • 02 noviembre 2019 /

El líder del Estado Islámico levantó un imperio de terror y muerte en Medio Oriente que alcanzó a los países occidentales con atentados terroristas

    Washington.

    El terrorista más buscado del mundo desde la muerte de Osama bin Laden, fue abatido la semana pasada en un éxitoso operativo de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, con el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca reivindicar su poderío ante la Comunidad Internacional.

    Abu Bakr al Bagdadi, una figura siniestra que impuso un sangriento califato en Oriente Medio, llegó a controlar grandes regiones desde Siria hasta el este de Irak, controlando a casi ocho millones de personas y generando millones de dólares en ingresos por robo de petróleo, extorsiones y secuestros.

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    60,000
    combatientes del Isis tenía Bagdadi bajo su mando. La red terrorista llegó a acumular miles de millones de dólares por el robo de petróleo y secuestros.

    Nacido en 1971, en la ciudad iraquí de Samarra, Bagdadi cuyo nombre real era Ibrahim Awwad Ibrahim al Badri, dio muestras de su radicalización extrema desde muy joven. Afirmaba ser descendiente de la tribu del profeta Mahoma, uno de los requisitos para convertirse en califa. Sin embargo su origen era árabe sunita.

    Ocho helicópteros de la Unidad de operaciones especiales del Ejército de EEUU abrió fuego contra el complejo donde se escondía Bagdadi.

    Fue detenido a principios de 2004 por tropas estadounidenses en la ciudad de Faluya, al oeste de Bagdad, y llevado a un centro de detención en Camp Bucca, en el sur. Allí, Bagdadi comenzó a preparar a los futuros líderes de Estado Islámico, desarrollando contactos y redes importantes con otros reclusos de alto riesgo.

    El “creyente” como le llamaba su familia por su obsesión con el Corán fue liberado 10 meses después de su detención luego de que las autoridades estadounidenses lo consideraran una amenaza de bajo nivel.

    Reinado del terror.

    Nunca se imaginaron en Washington que ese despiadado y huidizo se convertiría en el caudillo del grupo terrorista Estado Islámico (Isis), que aterrorizaría al mundo ordenando el asesinato de miles de civiles por motivos religiosos.

    La muerte de Al Bagdadi es incuestionablemente buena para la seguridad de EEUU

    Chris Murphy, senador demócrata

    Ya usando su pseudónimo más conocido, en 2010 ascendió a la jefatura de su grupo terrorista, que entonces usaba el nombre Estado Islámico de Irak (EII).

    A la cabeza de ese grupo y haciendo gala de una ambición sin límites, entró en conflicto con el heredero de Osama Bin Laden en Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, a quien Al Bagdadi llegó a tachar de “pacifista” en una arenga.

    Toma aérea.

    La ruptura entre ambos culminó en abril de 2013, cuando Al Bagdadi anunció la fusión del EII con la filial de Al Qaeda en Siria en una agrupación común denominada Estado Islámico de Irak y del Levante.

    Esta decisión, desautorizada por Al Zawahiri, desembocó en su total desvinculación de Al Qaeda en enero de 2014 y en el comienzo de sus enfrentamientos con las facciones rebeldes sirias.

    A sus éxitos militares en Siria, le siguió una fulgurante expansión por Irak, llegando hasta las mismísimas puertas de Bagdad.

    Nos preparamos para cualquier tipo de venganza, incluidos ataques contra las cárceles.

    Mazlum Abdi, comandante de fuerzas kurdas

    Con el Ejército sirio superado por la guerra que comenzó en 2011 y el iraquí en retirada, Al Bagdadi pasó a dominar un amplio territorio en el que el 29 de junio de 2014 proclamó el califato islámico, un sistema creado en el siglo VII y abolido por Turquía en 1926, y que rigió como un país independiente, en el que hasta acuñó moneda.

    El califato se convirtió en un poderoso imán que atrajo fanáticos de todo el mundo e incitó a seguidores, simpatizantes e imitadores a ensangrentar cualquier lugar en el planeta.

    Lo que quedó después del ataque.

    Desde 2017 el califato comenzó a perder terreno a manos de las milicias kurdas que pusieron punto final al dominio territorial del Isis en marzo de este año y el reloj comenzó a moverse en contra de Al Bagdadi.

    Los rusos ya lo dieron por muerto hace dos años, ha estado huyendo y se encontraba perdido.

    Muchos especulaban que se encontraría o en el amplio territorio desértico del centro de Siria o en la porosa frontera sirio-iraquí.

    Aunque parece que una operación de Inteligencia que comenzó hace cinco meses entre los kurdos y Estados Unidos ha dado en la diana.

    Detonó el chaleco.

    Al final, estaba en otro lugar mucho más inesperado, en Idlib, el último reducto opositor en Siria y a apenas unos kilómetros de la frontera con Turquía.

    Allí, murió “como un perro” en una audaz operación nocturna de las fuerzas especiales de Estados Unidos en el noroeste de Siria. Trump detalló que las fuerzas estadounidenses acorralaron a Bagdadi en un túnel, donde éste se inmoló. “Él detonó el chaleco y se suicidó”, dijo.

    “Murió después de encontrarse en un túnel sin salida, gimiendo y llorando y gritando todo el tiempo... murió como un perro”, agregó el mandatario.

    La operación en la que murió Bagdadi fue bautizada con el nombre de Kayla Mueller, una joven estadounidense secuestrada por Isis en Siria y entregada a Bagdadi a finales de 2014. Según informes del Pentágono, el califa la violó muchas veces antes de matarla. Al igual que James Foley, Steven Sotloff y Peter Kassig, Kayla Mueller fue una de las víctimas estadounidenses del Isis.

    El reinado de terror de Al Bagdadi será recordado especialmente por los métodos sanguinarios de los que se servían sus acólitos en sus videos propagandísticos, dotados siempre de un impecable e inconfundible sello profesional que ha contribuido a la amplia difusión de sus crímenes y de sus ideas radicales.

    “La desaparición de Bagdadi es, por supuesto, muy importante desde el punto de vista simbólico. Fue un duro golpe para la organización, pero no fatal”, afirmó Sofía Amara, autora de la obra “Bagdadi, califa del terror”.

    Dáesh (acrónimo árabe del Isis) es una ideología y no personas. El pensamiento, la ideología de Bagdadi continúan siendo una opción para defender a la población, en Siria y sobre todo en Irak, puesto que las causas que dieron nacimiento a este monstruo aún están allí, y la desaparición de Bagdadi no cambiará nada”.

    EEUU alertó este viernes de una posible vuelta de Al Qaeda a “la vanguardia del movimiento yihadista global”, después de que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) se haya visto “relegado al uso de tácticas clandestinas” a medida que su “autoproclamado califato físico se acercaba al colapso”.

    Así lo ha indicado el Departamento de Estado en su informe anual sobre terrorismo internacional.