19/04/2024
12:32 AM

Arrestos de migrantes pasaron de 20,000 al mes a 100,000

Nada ha logrado desalentar a los migrantes a emprender el peligroso viaje ilegal a EEUU. Menos del 20% obtienen asilo.

    Tegucigalpa, Honduras.

    Ni el anuncio de la militarización de la frontera con Guatemala y México ni las amenazas y los castigos anunciados por el presidente Donald Trump han desalentado en los dos últimos años a los miles de inmigrantes que cruzan ilegalmente cada día la frontera entre México y Estados Unidos.

    Cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, los arrestos en la frontera no superaban los 20,000 al mes. Desde entonces han aumentado constantemente, superando los 100,000 en marzo y abril, y se espera que esa tendencia se mantenga durante el verano, la época del año en la que suelen llegar más migrantes ilegales desde México, según la policía fronteriza (CBP).

    Las familias y los menores que viajan solos representaron el 65% de los arrestos en abril, según los últimos datos disponibles. Para intentar desanimar a los inmigrantes, la administración estadounidense decidió en 2018 separar a las familias: los padres eran detenidos y los niños enviados a centros de acogida. Pero la justicia invalidó esa medida ante las numerosas críticas que suscitó.

    Los migrantes proceden sobre todo de Honduras, El Salvador y Guatemala. Viajan en grupos o en “caravanas”, a veces de miles de personas, a pie, en tren o en autobús a través de México hasta la frontera estadounidense.

    Pero también vienen de México, Brasil, Haití, Cuba, África (República Democrática del Congo, Camerún, Angola) y de Asia (Bangladesh, India, China). Según la CBP, se registraron 127 nacionalidades distintas desde el 1 de octubre.

    Datos
    Más de 6,000 guardias prometió desplegar el Gobierno mexicano para frenar el flujo migratorio y así calmar al presidente de EEUU, quien mantuvo en vilo a México con el anuncio de imponer aranceles el 10 de junio si no se frenaba la llegada de migrantes.

    Pedidos de asilo. A diferencia de los migrantes centroamericanos, a los mexicanos suelen expulsarlos tras su detención.

    Los demás pueden ser liberados bajo fianza, a la espera de que se examine su solicitud de asilo. Trump critica a menudo ese sistema de “catch and release” (atrapa y libera).

    Los solicitantes de asilo deben demostrar que tienen motivos “creíbles” para temer por su vida, presentando documentos. El trámite puede tardar varios meses o años. La administración estadounidense da el visto bueno a menos del 20% de las peticiones, pero la mayoría de los demandantes de asilo desaparecen y residen en el país sin estatuto legal permanente.

    El presidente Trump ha anunciado un mecanismo de selección más rápido de las solicitudes, que pasará a ser de pago.

    Washington anunció a finales de 2018 que había cerrado un acuerdo con México para devolver los demandantes de asilo al país vecino durante el examen de su expediente. Solamente 240 migrantes fueron enviados de vuelta a México antes de que un juez de California invalidara esa medida.

    Llamado. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirmó ayer que espera que el Triángulo Norte de Centroamérica adopte acciones para prevenir que sus habitantes sigan migrando de forma irregular a Estados Unidos.

    La migración desde Honduras, El Salvador y Guatemala “es muy complicada. Este año ha aumentado el número de detenciones y deportaciones de Estados Unidos y México”, dijo el jefe adjunto de la misión para esos tres países, Salvador Gutiérrez.

    Creemos que la región tiene un reto que es prevenir la migración irregular creando oportunidades y quienes lo hagan estén suficientemente informados si deciden migrar”, subrayó.

    Sobre el acuerdo alcanzado entre esos dos países para frenar la migración afirmó que “hay que ver su implementación cuando se despliegue la Guardia Nacional en el territorio mexicano y cómo se aplican los protocolos”, añadió.