Kendrick Ray Castillo, un joven de origen hispano de 18 años y que estaba a solo tres días de graduarse del colegio, es la víctima mortal hasta ahora del tiroteo ocurrido el martes en la escuela Stem Highlands Ranch en Denver, Colorado, y que dejó otros 8 heridos, tres de ellos en estado grave.
Castillo falleció la noche del martes. El adolescente recibió un disparo en el pecho al abalanzarse junto con su amigo Brendan Bialy sobre uno de los presuntos agresores identificado como Devon Erickson para intentar detener su ataque.
“El agresor entró por un lado del salón donde también tenemos una puerta. La abrió, entró como si fuese a dirigirse a su asiento y de pronto regresó a la puerta para cerrarla. Lo último que supe es que sacó una pistola y nos ordenó que no se moviera nadie”, explicó Niu Giasolli, compañera de Castillo, al programa Today (NBC).
40,000
personas muertas por armas de fuego en 2017 se registraron en EEUU. Según el FBI, que examinó 160 incidentes que involucraron a uno o más atacantes en lugares públicos entre 2000 y 2013, solo seis de las personas que abrieron fuego eran mujeres.
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Castillo era conocido por compañeros y maestros por sus habilidades en robótica. El joven había ganado en varias competiciones. Este viernes hubiera sido su último día de clases y estaba registrado para cursar estudios universitarios en Arapahoe Community College. A su corta edad ya había hecho pasantías en empresas de tecnología.
Devon Erickson, de 18 años, era crítico de Donald Trump y fanático de los videojuegos.
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Uno de los dos sospechosos del tiroteo es una menor de edad, informó ayer la policía. El comisario Tony Spurlock precisó en una conferencia de prensa que en realidad el menor de edad era una niña y que su equipo la había confundido con un chico por su “apariencia”.
La policía del condado de Douglas dijo que Devon y la estudiante más joven, que no fue identificada, entraron a la escuela por una puerta sin detectores de metal y abrieron fuego con dos armas contra los estudiantes en dos salones de clase.
También detalló que se incautaron dos armas de fuego y que la investigación continuaba en colaboración con la agencia federal FBI. En procura de hallar el motivo del ataque, se están analizando las redes sociales, los teléfonos y las computadoras de los sospechosos.
Los padres de familia llegaron a la escena en busca de sus hijos, temían lo peor. afp
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