“Aleluya, Jesús resucitó”. Esta era la frase que se repetía en todas las iglesias y que los fieles cantaban con júbilo.
Los católicos celebraron ayer el Domingo de Resurrección, una de las fiestas más importantes y que culmina las festividades de Semana Santa.
La catedral San Pedro Apóstol y los templos de las distintas parroquias de la ciudad estuvieron abarrotados por fieles que participaron en la misa donde se recuerda que Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas al cielo.
El padre Raúl Najarro, sacerdote de la catedral, ofició el mensaje de la misa solemne, el cual fue dirigido a la transformación personal. Él recordó que de esa manera el sacrificio de Jesús disuelve los pecados y convierte a los creyentes en nuevas personas.
El Santo Encuentro se celebra al amanecer del Domingo de Pascua. Por una calle salen los hombres con la imagen del Cristo Resucitado, y por otra las mujeres con la imagen de la Virgen María.
Decenas de católicos se reunieron en la catedral San Pedro Apóstol para celebrar la resurrección del Hijo de Dios.
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Con velas encendidas en sus manos rezaban y cantaban esperando la llegada del Hijo de Dios. En las distintas misas, el cirio pascual permaneció encendido como una representación de la luz de Cristo resucitado y estará encendido hasta el Día de la Ascensión, cuando Jesús sube al cielo, cuarenta días después del Domingo de Resurrección.
Najarro demandó paz y justicia para el pueblo hondureño, no más violencia y corrupción en Honduras, un país golpeado en los últimos meses por la migración de miles de familias hacia los Estados Unidos.
Exhortó a los gobernantes a trabajar por el bien de los pobres, al igual como lo hizo Jesús de Nazaret, para que esta sea una tierra próspera y llena de bendiciones.
La misa fue oficiada por el sacerdote católico Raúl Najarro, quien dirigió el mensaje hacia el cambio personal a través del milagro de Jesús al vencer la muerte.
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