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Plagas, pérdida de cosechas y sequía agobian a hondureños

  • 16 marzo 2019 /

Según el PMA, condiciones atmosféricas son propicias para El Niño.

    Tegucigalpa.

    Una agrónoma coloca trampas en una zona boscosa en las afueras de Tegucigalpa para monitorear el regreso de un insecto que años atrás destruyó extensas superficies de pinares. Su aparición se debió a una sequía provocada por El Niño, un fenómeno que amenaza nuevamente la agricultura y las fuentes de agua de consumo en Centroamérica.

    “Hay preocupación” con el insecto, afirma Cristel Castro, del estatal Instituto de Conservación Forestal (ICF), mientras revisa una de las trampas en una montaña de Valle de Ángeles, unos 15 km al este de la capital. “Pero es bueno que haya preocupación para estar alertas”.

    En enero pasado, el presidente Juan Orlando Hernández alertó de un rebrote del llamado gorgojo, cuyo nombre científico es Dendroctonus frontalis, que entre 2013 y 2017 destruyó 511,000 de las 1.9 millones hectáreas de coníferas de Honduras.

    Los daños al bosque causados por incendios y plagas han repercutido en la baja producción de agua.
    El gorgojo destructor reapareció en momentos en que América Central afronta una severa sequía que causa pérdidas en cosechas y drásticos racionamientos de agua para consumo humano, que puede agudizarse por el fenómeno climático de El Niño.

    El Programa Mundial de Alimentos (PMA) señaló en un informe que “después de varios meses de coqueteo, el océano tropical del Pacífico y la atmósfera parecen haberse acoplado (...) y ahora cumplen con los criterios para las condiciones de El Niño”.

    El fenómeno agrava las condiciones de sequía en el Corredor Seco centroamericano, que se extiende desde el noroeste de Costa Rica por el litoral pacífico hasta Guatemala.

    El panorama climático no es nada halagador, ya que se esperan temperaturas muy cálidas.
    La capital de Honduras sufre escasez de agua en algunas zonas, como en la capital, donde solo hay disponibilidad del líquido cada cuatro días, al bajar el nivel de las dos grandes represas que en temporada lluviosa almacenan unos 50 millones de metros cúbicos.

    Muchos usuarios, en especial en áreas de mayor pobreza, se ven obligados a comprar agua a camiones cisternas ante la falta de abastecimiento por la cañería.

    Como en los demás países, el grueso de los cultivos de granos básicos como maíz y frijoles empieza en Honduras en mayo, con las primeras lluvias de la temporada que se prolongan hasta a noviembre.