Sentado en una banca del bulevar Los Caminantes, vestido con un jean azul, una camisa café y con un rosario en el pecho estaba Hernán García. Se le ve fuerte, pero sucumbe al recordar los estragos que le dejó el cáncer, y las lágrimas asoman por su mejilla al mencionar a su fallecida madre.
Como hombre de fútbol ha recordado cada pasaje de su carrera como jugador y entrenador, y hasta comprende que no haya dirigido desde el 2016 cuando se le anunció que el cáncer era parte del pasado. “Yo sé que muchos creen que sigo enfermo, pero ya no. He ido tres veces a Estados Unidos a hacerme los exámenes y ya me dijeron que no vuelva, que estoy bien”.
En reiteradas ocasiones, el entrenador hondureño repite que está “desesperado por dirigir” y hasta bromea que lo haría de gratis todo por volver a estar al frente de un equipo.
De repente y cuando hablamos de sus 10 operaciones para erradicar el tumor maligno en la vejiga no lo soporta. “A mí me operan un 11 de octubre y el 11 de noviembre me llaman para decirme que mi madre ha muerto...”. En eso hace una pausa y no puede controlar el llanto.
Hernán García lloró al recordar la muerte de su madre cuando luchaba contra el cáncer. Foto Franklin Muñoz
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Así ha sido la vida del entrenador del bigote poblado. “Lloré, pero nunca tuve miedo de morir”, aclara, y revela que lo hizo porque nunca quiso asustar a su gente, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus amigos. “Una vez hasta me fui a operar sin decirles nada y se dieron cuenta porque me dejaron internado por tres días”, recuerda.
En 2002, dirigiendo al Victoria se fue al baño y orinó sangre. “Ese torneo el equipo solo iba a los partidos. Henry Oliva, el preparador físico, dirigía los entrenamientos y los días de los encuentros luego de hacerme las radiologías pasaban por mí para llevarme directamente al estadio”, cuenta.
Hernán García concedió una entervista exclusiva para Diario LA PRENSA. Foto Franklin Muñoz
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Cuando García creía que todo estaba superado se vino otra prueba dura. A pesar de sus dos finales, tres semifinales y hacer protagonistas a sus equipos, no ha podido volver a dirigir. “Cuando salió Carlos Pavón del Vida me llamaron, pero yo le dije que el entrenador se debía respeto, el juego acababa de terminar y no podíamos hablar porque ni siquiera había salido el técnico. Ya luego no me volvieron a llamar. También me llamaron de Social Sol, pero no ofrecían lo necesario. Estuve con un equipo de Liga Mayor, pero de gratis”, reveló.
Desde 2015 que García tuvo al Parrillas One no ha podido dirigir a otro equipo profesional. “Hace unos meses un entrenador dijo que él podía dirigir a la Selección Nacional y lo llamaron del Olimpia. Ahora yo digo lo mismo, tal vez me llama Olimpia.
El entrenador hondureño le ganó la batalla al cáncer. Foto Franklin Muñoz
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SUS GRANDES AMIGOS
Hernán García reconoce que el fútbol le ha dado grandes amigos y estos se lo demostraron en su enfermedad. “Cuando estaba en Estados Unidos, Real España fue el único equipo que le entregó un cheque a uno de mis hijos. Aquí no importa la cantidad, sino la acción”, señala.
“Una vez le pedí a Dios dinero y un progreseño que jugó fútbol de apellido Ortez me dio 350 dólares. Héctor Vargas y Henry Oliva me mandaron dinero estando allá, Vargas es una gran persona y Oliva un gran amigo mío”.
El último equipo que dirigió Hernán García fue el Parrillas One.
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