La joven humilde y huérfana se fue a los Estados Unidos para buscar una mejor vida pero encontró la muerte.
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“¡Has cambiado bastante Brenda!”, le escribían sus amigos a Brenda Gisselle Álvarez tras ver cómo la vida aparentemente el sonreía en los Estados Unidos.
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Brenda nació el 24 de junio de 1997 en San Lorenzo, Valle, pero cuando era apenas una bebé, su padre murió tras ser impactado por un rayo cuando iba en una embarcación en alta mar en 1998.
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Poco después, su madre la dejó y se fue a México y jamás regresó a buscarla.
Mientras vivió en Estados Unidos, la joven estuvo tres veces en prisión, dos fueron por asuntos migratorios, por lo que pasó varios meses encarcelada.
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Brenda fue criada por su familia paterna, quienes contaron a Diario LA PRENSA que la joven era ejemplar, humilde y aseguran que desde que llegó a Estados Unidos siempre les ayudó enviándoles remesas y soñaba con volver a verlos.
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Tras lograr quedarse en Estados Unidos, las finanzas de Brenda mejoraron mucho y tuvo un giro radical en su vida.
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Su nueva imagen sorprendió a muchos ya que lucía radiante, atrás habían quedado los días de penurias en San Lorenzo.
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Pero a pesar de estar mucho mejor económicamente, en Facebook, Brenda Álvarez solía desahogarse.
“Me estoy riendo para que todas las personas piensen que estoy feliz, pero lo único que no saben es cómo estoy”, publicó en su Facebook.
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Un tío de Brenda contó: “Mi sobrina vivía con la mexicana y un día la Policía hizo un operativo en esa casa y ahí se llevaron también a Brenda, pero al día siguiente la dejaron libre, pues ella no debía nada. Solo que como estaba ilegal, le ordenaron ir a firmar cada semana a la Corte y como a la cuarta vez que fue la detuvieron por su situación migratoria y la dejaron otros seis meses presa”.
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El 10 de septiembre pasado Brenda asistió a una reunión con una amiga, también oriunda de Valle.
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En la reunión, ella recibió una llamada telefónica, y dijo que se tenía que ir. Desde entonces no la volvieron a ver. Su amiga y un primo avisaron a las autoridades estadounidenses.
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Fue hasta el pasado lunes cuando la búsqueda concluyó, pues descubrieron que el cadáver de la joven estaba en la morgue.
La Policía les dijo que ella fue ultimada de dos tiros en la cabeza en un hotel del condado de Harris, Texas, y que el 11 de septiembre hallaron su cuerpo sin vida y la llevaron a la morgue.