24/04/2024
12:27 AM

Con jornada de oración inicia demolición del penal de San Pedro Sula

El presidente Juan Orlando Hernández, representantes de las Iglesias Católica y Evangélica, empresarios y fuerzas vivas pidieron a Dios por un nuevo comienzo y bendijeron la nueva obra.

San Pedro Sula, Honduras.

“Te pido la paz para mi ciudad, te pido perdón por mi ciudad. Ahora me humillo y busco tu rostro, a quién iré, Señor, sino a ti”, es parte del cántico evangélico entonado ayer en la Jornada de Sanación y Esperanza desarrollada contiguo al ya clausurado Centro Penal Sampedrano.

Con la bendición de representantes de las Iglesias Católica y Evangélica se llevó a cabo en el exterior del recinto carcelario ya desalojado una jornada de oración y bendición, donde el objetivo fue curar las heridas causadas por los crímenes cometidos en esta ciudad y bendecir el proyecto que se construirá en este extenso terreno.

El centro penal fue clausurado de manera oficial el sábado 14 de octubre, una fecha que pasará a la historia y que muchos pensaron era un sueño que jamás se convertiría en realidad.

El emotivo evento presidido por el presidente Juan Orlando Hernández en compañía de la primera dama Ana García de Hernández, el alcalde Armando Calidonio, empresarios, representantes de la sociedad civil, pobladores, entre otros, comenzó antes de las 2:00 pm y culminó cerca de las 4:00 pm.

Foto: La Prensa

Scout de Honduras reconoció la labor del Presidente.
“Dios acompaña a un pueblo que ha sufrido mucho. Agradezco a todos los que hicieron posible la operación Arpía, por la planificación y realización de esta jornada de cierre”, expresó en su discurso el presidente Hernández.

El mandatario se refirió a la operación Arpía, que se ejecutó el 15 de marzo de este año, cuando se realizaron ocho traslados masivos de reos a diferentes centros penitenciarios, entre ellos, las cárceles de máxima seguridad El Pozo y La Tolva.

Durante la operación Arpía, que comenzó el 15 de marzo y finalizó el 14 de octubre, se trasladó a 4,817 presos.

“Desde este centro se gestaron actos dolorosos y tristes. He conocido casos duros y testimonios de vecinos que cuenta lo que se daba en este lugar. La lección de vida es que nunca más permitamos que se descuide la seguridad del pueblo hondureño”, reflexionó el mandatario.

Foto: La Prensa

El sistema de centros penitenciarios en Honduras surgió en 1930. El centro penal se construyó en 1940 y se inauguró en 1956.
Aunque aún no está definido qué proyecto sustituirá el viejo edificio con más de 60 años de existencia, Hernández incentivó a los empresarios a participar de una manera activa en la gestación de la obra, que será para el beneficio de toda la población.

“Aquí se debe construir algo totalmente diferente a lo que ocurría en el pasado en el interior de este centro. Aquí debe darse un proceso de sanación y se quiere que de aquí se construyan nuevas oportunidades para toda la ciudad”.

Añadió que girará instrucciones para que el Estado les provea a madres, hijos y parientes de los privados de libertad oportunidades para que puedan visitarlos en donde se encuentren.

Emocionados

Decenas de pobladores de los barrios Cabañas, Las Palmas y alrededores se hicieron presentes a la jornada. Muchos no pudieron contener las lágrimas, al mismo tiempo que pedían por un nuevo comienzo para su comunidad. Esperan un lugar diferente en donde sus hijos crecerán sin la zozobra de que una bala perdida los alcance.

Foto: La Prensa



“Como es comprensible ha habido diversidad de momentos. Algunos tristes, otros alegres, algunos mejor olvidar, otros en cambio quedarán en nuestra memoria, pero todos ellos de profunda humanidad”, expresó el padre Vicente Nacher, representante de la Iglesia Católica.

Durante su participación, Zobeida Mendoza, coordinadora de la Pastoral Penitenciaria, expuso parte de los logros obtenidos durante los últimos 20 años en el reclusorio sampedrano.

“Construimos unas canchas deportivas, módulos de rehabilitación, que comprendió escuela, biblioteca, salón de juegos, gimnasio, oficina de atención legal y psicológica”, detalló Mendoza, quien por muchos años trabajó por la rehabilitación de los reos.

Wilmer Portillo, exreo y encargado del taller de reinserción, compartió que formaron a unos 5,124 privados de libertad en los niveles de primaria, secundaria e inglés.

“La mayoría de estos cursos los impartieron los mismos presos. El incentivo de ellos era una taza de café y un pan”, señaló Portillo.

Perdón

Roy Santos, pastor evangélico, manifestó que el cierre de la cárcel que llegó a albergar a cerca de tres mil presos es un suceso histórico para San Pedro Sula, y aunque no se debe olvidar pidió perdonar, sanar y continuar, pero esta vez con sentimientos de esperanza.

“Por ese portón, personas entraron culpables, otros que yo platiqué con ellos dijeron: ‘soy inocente’. Madres que lloraron, hermanos, amigos, hijos. Allí adentro muchos encontraron la paz con Dios y conocieron a Dios”.

El líder evangélico elevó sus manos al cielo y pidió a Dios paz por la ciudad. También incentivó a los presentes a arrodillarse y darle gracias al Divino Creador, acción que las autoridades gubernamentales y demás realizaron.

En unas horas todo el terror vivido en esa zona pasó al olvido y dio paso al comienzo de un nuevo sueño.

El alcalde Armando Calidonio agradeció la acción del presidente Hernández, un paso que aseveró muchas administraciones pasadas no se atrevieron a dar. “Solo el presidente Hernández pudo cerrar este lugar. Su liderazgo imperó, dijo: ‘lo voy a cerrar’, y lo cerró. Para los sampedranos es un sueño hecho realidad”.