La muerte de sus padres cuando tenía seis años de edad lo obligó junto a sus tres hermanos a salir a la calle para buscar comida y sobrevivir. Años después una mano humanitaria los llevó a Proniño, una fundación en donde encontró techo, amor y abrigo, hoy es un experto en bisutería.
Ése es un fragmento de la vida de José Concepción Murillo, 14 años, quien gracias a la ayuda de la fundación Proniño ha logrado reponerse de ese vacío junto a sus hermanos y en la actualidad vive feliz junto a 80 menores más en riesgo social que son atendidos en el centro de protección.
Denuncia
Proniño que opera con apoyo de la organización “Niños sin techo” de Holanda y otras de Estados Unidos fue intervenida el año pasado por el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia, Ihnfa, y la Fiscalía del Menor por supuestos malos tratos e indiferencia en la atención de los infantes, la denuncia fue hecha por los donantes holandeses.
Luego de esa acción que provocó la expulsión de su fundador Jorge Mealler, las autoridades del Ihnfa junto a la nueva administración han venido trabajando en el mejoramiento de las atenciones a los menores en salud, educación y en la enseñanza de manualidades y clases de electricidad, soldadura y madera. Fue en estos talleres en donde José Concepción encontró su vocación de la bisutería.
Confianza
Reinaldo Muñoz, director del centro, manifestó que la existencia de Proniño ha permitido ayudar a decenas de niños que por una u otra razón han estado en riesgo social.
“En el lugar los menores tienen alimentación, salud, educación y son orientados para que aprendan una variedad de oficios”.
Muñoz dijo que una buena cantidad de esos niños son llevados por el Juzgado del Menor y la Fiscalía, luego de haber sido rescatados de un hogar desintegrado y por abusos a sus derechos.
La visita a menudo de las autoridades del Ihnfa ayuda a darle una nueva imagen al centro y así mayor confianza a los donantes que se mantienen pendientes del desarrollo del proyecto.
Bas Wiersma, miembro de la organización “Niños sin techo”, dijo que él trabaja desde 2002 en Proniño con el fin de que los recursos que junto a un grupo de amigos logran en Holanda se inviertan para que los niños tengan todas las atenciones desde su alimentación hasta su preparación profesional.
Recordó que luego de ver una serie de deficiencias en el trato a los menores se vio obligado de denunciar el año pasado el hecho a la Fiscalía y al Ihnfa. “Gracias a Dios esas autoridades nos ayudaron a mejorar la situación de los pequeños”.
Actividad
Wiersma expresó que el presupuesto mensual de Proniño es de 360 mil lempiras, en estos momentos tienen problemas por la falta de fondos.
“Para el viernes 25 de junio tenemos programada una cena en el restaurante La Parrilla, la tarjeta cuesta 250 lempiras, el dinero a recaudar es para continuar con la labor a beneficio de los infantes”. Interesados pueden llamar a los celulares 9778 8533 y 9940 2302.
Estos fondos permitirán que José Concepción y los 80 niños más puedan seguir creciendo en un ambiente sano.