A sus 61 años, la ex primera dama y senadora estadounidense Hillary Clinton protagonizó un sensacional regreso al primer plano de la política mundial al ser designada como futura secretaria de Estado por el presidente electo Barack Obama.
Sus compatriotas -partidarios o críticos- la daban por fracasada cuando perdió las primarias demócratas ante Obama, pero fue su ex rival quien le tendió la mano para sacarla de un Senado que no le auguraba días fáciles.
Esa mano supone también un regalo envenenado, consideran algunos observadores.
'Hillary Clinton tendrá muchas dificultades para criticar a la administración Obama si forma parte de ella', considera Costas Panagopoulos, analista de la Universidad de Fordham.
'Florece allá donde seas plantada' es, sin embargo, la filosofía de Hillary Clinton, según cita el sitio de análisis Politico.com.
'Tiene una capacidad sorprendente para pasar la página, centrarse en lo siguiente y adaptarse', según explicó en un debate el ex portavoz del presidente Bill Clinton, Howard Wolfson.
Convertir en victorias (políticas) las derrotas es claramente una de sus especialidades. Primero lo hizo al perder de forma clamorosa el debate público en 1993 para crear un plan de cobertura sanitaria en su país, un encargo de su propio marido que no pasó de proyecto. Pero cuando demostró su entereza de forma sorprendente fue durante el humillante escándalo sexual de su marido Bill Clinton con una becaria, Mónica Lewinsky, durante sus últimos años en la Casa Blanca.
Lejos de arredrarse, Hillary perdonó a su marido para luego lanzarse a la candidatura como senadora de Nueva York, que ganó fácilmente y que muchos presentían ya como un trampolín a la Presidencia.
Esa reacción, que algunos estiman calculada, podría explicar la fascinación de la opinión pública con esta pareja sin igual, en una saga que algunos analistas advierten que podría continuar algún día con su hija, Chelsea Clinton. 'Mi implicación será la misma que la que siempre tuvimos uno hacia el otro en lo concerniente a nuestro trabajo. Todos los años durante los cuales fui gobernador, y luego presidente, hablaba todo con ella', aseguró sin parpadear Bill Clinton a CNN.
Preparada
Bill aseguró que está dispuesto a ceder sin chistar el lucrativo puesto de filántropo internacional, al frente de su fundación, para plegarse a las exigencias del cargo de su señora.
Hillary tan sólo habla inglés, pero sus viajes a unos 90 países durante su etapa como primera dama (1993-2001) le dan un buen punto de arranque como secretaria de Estado.
En Oriente Medio se define como pro-israelí, partidaria de una línea dura con Irán. Votó a favor de la invasión de Irak, pero luego criticó la decisión de abrir una cárcel en Guantánamo y los errores militares tras la victoria inicial. 'Sabemos que nuestra seguridad, nuestros valores y nuestros intereses no pueden ser protegidos únicamente mediante la fuerza, ni tampoco por los estadounidenses solos', explicó en el acto de su designación.
Además trabajó de forma abierta con sus rivales republicanos en los últimos ocho años como senadora, dentro del Comité de Asuntos Militares, lo que sugiere que tiene dotes negociadoras en crisis internacionales, añaden sus partidarios.
Pero sus críticos aducen que ésa fue solamente una manera hábil de sobrevivir en la jungla política estadounidense a la espera de su oportunidad para saltar a la palestra de nuevo.
Su agenda
Como primera dama en los años noventa o como senadora y líder del Partido Demócrata, la próxima secretaria de Estado es una vieja conocida de América Latina, adonde aún guarda prestigio, destacan analistas en Washington.
'Debemos perseguir una diplomacia vigorosa con todos los instrumentos que podamos reunir para construir un futuro con más socios y menos adversarios', declaró Hillary.
Se trata de un esfuerzo para 'renovar la posición de Estados Unidos en el mundo como una fuerza para el cambio positivo', añadió Clinton.
A partir del 20 de enero, Clinton tendrá ante sí una larga serie de prioridades mundiales, y América Latina llega en un lugar bastantes discreto, coinciden los analistas. Mientras tanto, la mejor política en la región sería contemporizar con los más vehementes, como el líder venezolano Hugo Chávez, y estimular las relaciones con los más importantes, como el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, agregan.
'Tratar de presentar una agenda positiva: ésa es la mejor manera de avanzar en la región. Buscar compromisos productivos, útiles. Brasil es obviamente el poder emergente. La relación con Brasil será muy importante', considera Peter DeShazo, ex embajador y director del Programa Américas del Centro para Estudios Estratégicos Internacionales.
El nombramiento de Clinton 'creo que va a ser ampliamente bien recibido en América Latina. La mayoría de los latinoamericanos tienen buenos recuerdos de los años Clinton', añade Michael Shifter, del Diálogo Interamericano. 'Como primera dama viajó en numerosas ocasiones (a la región). Si se le compara con Condoleezza Rice, con Colin Powell, con Madeleine Albright, por supuesto trae mucha más familiaridad a América Latina', añade.
A pesar de las urgencias en otras partes del mundo, la próxima administración Obama tendrá varias tareas pendientes con América Latina encima de la mesa.
Datos
El ex presidente Bill Clinton afirmó que conversaba de todos los temas de su administración conHillary cuando él estaba en el Gobierno
La futura secretaria de Estado se anuncia como una interlocutora poco cómoda para Moscú debido a sus tomas de posición antirrusas.
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