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Pandilleros se infiltran como empleados en la DEI en Honduras

  • 28 mayo 2013 /

Información revelada a LA PRENSA indica que personas ligadas a pandillas infunden temor en la institución.

Los tentáculos de las maras o pandillas que operan en Honduras ya no solo se concentran en los barrios y colonias de las principales ciudades del país sino que ahora también se extienden a importantes instituciones de la administración pública.

Ver especial multimedia: Bajo el yugo de las maras

Una investigación realizada por Diario LA PRENSA, con base en un informe confidencial, establece que simpatizantes e integrantes de maras han logrado colarse como empleados de las oficinas de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), en Tegucigalpa y San Pedro Sula.

La información proporcionada bajo condición de estricta reserva por motivos de seguridad establece que más de un centenar de integrantes de estos grupos laboran en distintas unidades de la institución en puestos de menor relevancia, pero desde los cuales se dedican a atemorizar a los jefes y compañeros de trabajo que se atrevan a denunciarlos.

Hasta el año anterior se logró documentar e identificar plenamente al menos 150 pandilleros que trabajaban en el edificio de la DEI en el centro de Tegucigalpa, en la oficina principal de San Pedro Sula y en las oficinas del centro-sur.

“En la DEI se ha detectado un poco más de 150 personas que están vinculadas a las maras y la jefatura de personal sabe de todo esto, pero tiene pánico de proceder”, dijo una fuente ligada a esa institución pública.

En la DEI laboran alrededor de 3,500 empleados permanentes y por contrato a nivel nacional, incluyendo el personal de las 18 aduanas del país. La mayoría ingresó en las últimas cinco administraciones por recomendaciones políticas y un pequeño número es personal técnico que llegó a la institución por concurso.

No usan tatuajes

Una fuente de la DEI indicó que estos mareros no usan tatuajes visibles, se visten normalmente y no evidencian las prácticas que son comunes en estos grupos delictivos. Sin embargo, en las colonias en donde residen son ampliamente conocidos por pertenecer a peligrosas células de pandillas. Las últimas y actuales autoridades de la DEI han tenido conocimiento de esta irregular situación gracias a las denuncias formuladas por los propios empleados que lo han hecho bajo la condición del anonimato; pero hasta ahora no se han atrevido a actuar.

La fuente informó que los miembros de la desaparecida Junta Interventora de la DEI, que estuvo al frente de la institución a finales del año anterior, conocieron de este asunto, pero no pudieron hacer los correctivos debido a que la mayoría de ellos renunció y no hubo tiempo para efectuar la depuración del personal.

En un afán por confirmar la información con fuentes oficiales se consultó a los exmiembros de la Junta, pero no quisieron referirse al tema.

También se intentó obtener una declaración de los encargados de personal y de la gerencia administrativa de la DEI, pero tampoco fue posible debido a las restricciones a la información que ha impuesto a los empleados el director de la institución, Mario López.

No obstante, la información a la que se tuvo acceso establece que el año pasado se intentó separar a varios empleados que fueron identificados como miembros de maras en sus colonias, pero no fue posible hacerlo debido a que sus jefes inmediatos fueron amenazados y al final terminaron callando.

“En las oficinas de la DEI, en donde funcionó la Dirección de Marina Mercante, hubo un intento de despedir a varias de estas personas, pero armaron una revuelta y amenazaron a sus jefes y compañeros, por lo que al final no fue posible despedirlos porque existe un enorme temor de la gente y de las autoridades”, apuntó la fuente.

De hecho, se conoció que la renuncia prematura de uno de los tres interventores fue motivada precisamente por la enorme presión emocional que le provocó este tema y el temor de su familia a que fuera objeto de un atentado.

Bajo condición de anonimato se habló con empleados de la DEI, quienes aseguraron que la presencia de mareros en la institución es un secreto a voces y se tiene conocimiento que en ciertas oficinas los empleados vinculados a las maras gobiernan a su antojo e imponen sus órdenes en el personal; pero nadie se atreve a denunciarlos.

Debido a eso en la institución impera el miedo y el silencio a nivel de los jefes y del personal en general, de modo que nadie quiere hablar o referirse en público al tema.

También mareras

El informe confidencial al que se tuvo acceso señala que los empleados que han sido identificados por pertenecer a pandillas se desempeñan en diferentes actividades, desde conserjes, motoristas, oficinistas y personal de servicios generales. Un dato revelador es que no todos son hombres, sino que también hay mujeres.

En una investigación que realizó el año pasado el personal de la propia institución se pudo establecer que algunas de estas personas fueron descubiertas introduciendo drogas a sus oficinas.Además, muchas tienen antecedentes judiciales, pero no ha sido posible actuar en su contra por los motivos antes mencionados.

De estas irregularidades tienen conocimiento en la jefatura de personal y en la dirección de la DEI, se indicó.

La fuente apuntó que la mayor parte de estas personas fueron contratadas por recomendaciones de dirigentes políticos de barrios y colonias; pero antes de contratarlos no se les aplicaron exámenes de aptitud, toxicológicos y tampoco se les investigó sus antecedentes judiciales que comprobaran su idoneidad para desempeñarse en la DEI.