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Ellos dirigían la Policía Nacional en 2009 y 2011

  • 05 abril 2016 /

Tegucigalpa, Honduras.

Dos mandos policiales que dirigían los destinos de la institución policial cuando se cometieron los asesinatos de Julián Arístides González, zar antidrogas en 2009, y de Alfredo Landaverde, analista de seguridad en 2011, están en el ojo del huracán.

Los señalamientos que hace un informe investigativo que se envió a la Inspectoría General Policial involucra a algunos de sus miembros en la participación de los crímenes. Ayer, Ricardo Ramírez del Cid, en declaraciones ofrecidas a un medio de comunicación, detalló cuál era la cúpula que dirigía los destinos de la institución en 2009.

“El director en ese momento era el general Salomón Escoto Salinas, subdirector Santos Simeón Flores Reyes, inspector no recuerdo, en la Dirección de Tránsito Napoleón Nazar, en la Dirección de Servicios Especiales René Maradiaga Panchamé, en la Policía Preventiva José Luis Muñoz Licona, en la dirección de Centros Penales Mario Martínez y su servidor en Inteligencia”, dijo el exdirector policial.

La estructura organizativa de esa institución en 2001 la conformaron José Luis Muñoz, como director de la Policía; René Maradiaga Panchamé, en la subdirección; director de Servicios Especiales de Investigación, Héctor Orlando Suazo Rivera; director de Tránsito, Randolfo Pagoaga Medina; Félix Villanueva, como director de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC); Joaquín Mejía, director de la Policía Preventiva y Ricardo Ramírez Del Cid, inspector de la institución.

Los actos de corrupción y señalamientos en la institución policial datan desde 1998, cuando la entonces Fuerza de Seguridad Pública (FSP) se vio involucrada en la compra de armas, desfalco y planillas adulteradas, que llevó a la destitución de dos altos jefes policiales.

Los señalamientos

Los expedientes investigativos en poder de la Inspectoría Policial son los que desde diciembre de 2009 revelaban que bajo las órdenes de altos oficiales se ejecutaron los asesinato del general Julián Arístides González y Alfredo Landaverde.

El informe establece que “bajo las órdenes de un general de la Policía, un grupo de sicarios planificó, vigiló y ejecutó el asesinato del zar antidrogas y el analista en seguridad”.

Desde la cúpula policial, según el informe, se fraguaron acciones ilícitas, que permitieron que los mandos intermedios y bajos de la institución, conformaran un grupo de sicarios al servicio de la criminalidad.

Sorprendido

Jorge Alberto Rodas Gamero, exministro de Seguridad (período 2007-2009), aseguró que el informe que revela paso a paso la muerte de Arístides González, nunca llegó a sus manos, de lo contrario habría puesto a la orden de la justicia a los culpables. “Estoy sorprendido con esa información, donde se involucra a -algunos- la cúpula policial de ser los autores materiales e intelectuales de la muerte del general González. Estoy dispuesto acudir a declarar ante los órganos competentes y colaborar en el caso para que se capture a los responsables materiales e intelectuales”, dijo Gamero.

Wilfredo Méndez, del Centro de Investigación y Protección de los Derechos Humanos (Ciprodeh), dijo que la red que opera en estas estructuras criminales es grande y compleja y por ende no se pude detallar quiénes son los responsables. “Los autores del crimen siguen siendo protegidos, las élites policial y militar que han favorecido estas acciones siguen en una completa impunidad. Estos escándalos ya tienen una mesa de análisis de quién va a salir a responder, seguimos en manos de criminales en este país”, expresó.