18/04/2024
02:27 PM

Crece auge de armas y servicios de protección en Honduras

  • 23 junio 2015 /

San Pedro Sula, Honduras.

El arma de fuego es el instrumento de defensa personal por el que siguen optando miles de hondureños para sentirse más seguros.

Sin embargo, es imposible saber cuántas armas importó Honduras en 2014, en virtud de la resolución 093-2012, del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), que autorizó al Instituto de Previsión Militar (IPM), encargado de La Armería, blindar los documentos sobre la adquisición de armamento y pertrechos.

Solo los proveedores mediante informes internacionales informan a quiénes les venden y cuánto.

“La Armería depende de las Fuerzas Armadas y debería tener transparencia para informar cuántas armas se venden anualmente.

El registro balístico tiene 300,000 registradas y gran parte de ellas han sido vendidas por La Armería, pero como no hay cifras claras, no sabemos cómo se mueve el mercado interno de armas en el país”, explicó Arabezca Sánchez, analista hondureña.

La violencia ha incrementado la venta de armamento, familias enteras invierten en seguridad y las armas de fuego son uno de los elementos indispensables para sentirse seguros y defenderse en caso de ser víctimas de la delincuencia.

Foto: La Prensa

Al iniciar se recibe una charla. Se explica el uso responsable del arma y luego se da capacitación en el derecho de la legítima defensa.
Prevención es clave

La moda no solo es llevar una pistola automática o un revólver. La necesidad de saber usarlos responsablemente hace que los hondureños se armen en gran medida por el estado de indefensión en el país.

“La seguridad del Estado no da las garantías que debería y por eso la ciudadanía sacrifica su presupuesto familiar para agenciarse algunos mecanismos de seguridad. Es necesaria una política de prevención, pero se ocupa reorientar los esfuerzos para entender que si yo me convierto en promotora o usuaria, relegamos al Estado la responsabildiad de dar la seguridad a los hondureños”, explicó Sánchez.

Para los entrenadores, la misión no solo es enseñar a disparar; también instruyen sobre medidas de seguridad para impedir accidentes en el afán de sentir seguridad.

“La necesidad de seguridad aumenta cada día y nuestra responsabilidad es advertir los riesgos en el uso de armas. Los padres son conscientes, pero enseñan a sus hijos a manejarlas en una emergencia”.

Estudios de expertos señalan que alrededor del 60% de personas que tienen un arma terminan siendo víctimas de la delincuencia.

Foto: La Prensa

Enseñan el uso letal de la fuerza. Parte del curso incluye las responsabilidades sobre el arma, cómo empuñarla y la posición de tiro.
Necesidad de protección

La compra de armas va en aumento, aseguran analistas y propietarios de empresas de seguridad en el país. Muchas familias que nunca priorizaban la compra de armas ahora lo toman muy en serio y lo ven como una necesidad vital.

“Ha habido una evolución criminal en el país que ha obligado a la gente, el comercio, incluso estudiantes universitarios a comprar un arma. Tenerla es para ellos como un escudo sicológico, físico y táctico que los hace sentirse protegidos, les da un aura de seguridad personal”, explicó Johnny Suárez, experto en seguridad.

En el estudio “Caracterización del sistema de control de armas de fuego y municiones en Honduras 2000-2013”, del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (Iudpas), reveló que entre 1975 y 2012 se vendieron en Honduras unas 180,47 armas de fuego.

Foto: La Prensa

Uso de las miras es clave. Se dispara sobre siluetas corporales de tiro, utilizando equipo de protección personal.
Familias se entrenan

La inseguridad en Honduras ha llevado a que familias enteras busquen entrenamiento para saber usar un arma, disparar y responder en caso de ser víctimas de los delincuentes.

“Hay interés de familias sampedranas en disponer de un arma de fuego. El objetivo es tenerlas en las casas de forma segura y responsable y utilizarlas solo en caso de necesidad extrema”, relató Suárez.

En los últimos meses, la cantidad de familias en los campos de tiro de algunas empresas de seguridad ha ido en aumento. En estos lugares, la capacitación de padres con sus hijos está de moda, el miedo ha llevado a buscar formas de protección y manejar un arma para las familias es fundamental.

“De todas las opciones de protección, el manejo de armas se ha vuelto importante. Eso nos ha obligado a buscar instructores capacitados en tiro defensivo, incluso de otros países, para entrenar a las familias.

Buscan cómo responder en la casa o un vehículo en caso de ser atacados.

La gente quiere tener escudos mediante la adquisición de un arma y entrenamiento básico responsable para de alguna manera mitigar el miedo y cambiarlo por la seguridad”, refirió Suárez.

Foto: La Prensa

3 metros es la distancia inicial que se utiliza para comenzar el entrenamiento de tiro. La práctica hace que las distancias sean mayores.