Preocupados están los habitantes y dueños de haciendas del sector de Paguales de Aguas Calientes de este municipio por la muerte de centenares de peces en un río del lugar.
El mal olor y presencia de aves de rapiña permitió descubrir el crimen ambiental que luego de acabar con la vida marina de ese afluente pone en riesgo a las vacas y otros animales que toman agua de ese sitio.
El ganadero Gonzalo Rivas, cuya propiedad colinda con el río, dijo que la mortandad comenzó a sentirse desde el lunes y a medida pasaban las horas el mal olor era más fuerte.
“Cuando llegué a ver qué era lo que pasaba me encontré con centenares de peces de diferentes tamaños en estado de descomposición sobre el agua de color amarillento. Desconocemos quién o qué pudo haber cometido ese daño, por tal razón pedimos a las autoridades investiguen para que no vuelva a pasar y castiguen a los que lo hicieron”, dijo.
El productor expresó que preocupación de perder a los animales por si consumen ese liquido. El martes enterró un novilla que le apareció muerta el lunes sin conocer las razones. Rivas aseguró que el primero en ser notificado del problema fue el alcalde de La Masica, Gerardo Quijada, y este mandó personal a investigar. Ayer esperaban la llegada de la Fiscalía del Ambiente, la que al final no apareció.
 Afluente. El río es utilizado por los ganaderos del sector para dar agua a sus animales, temen que el daño sea mayor.
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